Despidiéndome estos últimos días de ruta, ya plenamente otoñales y amarillos, de algunos clientes de toda la vida (sobre todo en los pueblos) que no han aguantado, que la crisis se ha llevado, que no volverán, porque no recibieron ayudas a tiempo ni destiempo, porque les ningunearon, porque les olvidó este estado de bienestar: 25 años visitándoles contra vientos y mares, soportando juntos todas las tempestades habidas y por haber, pero hasta aquí, me dicen, hemos llegado, no podemos más... Todo despedidas tristes estos días postreros de ruta, cuarta campaña ya tras el covid y cero cobertura, aquí se acabó la partida, me repiten, game over a los sueños... Eso es lo que escucho todos los días, tragedias y despedidas, y también que la gente, tras la pandemia, no quiere saber nada de eso, que mejor sonrisas y besos, que bastante hemos pasado ya... Siento ser la oveja negra del redil una vez más, no escribir ficción, no saber callarme nunca, pero esto es exactamente lo que estoy viendo y viviendo a diario, y por respeto a mi gremio, al menos, lo tengo que contar...
Vicente Muñoz Álvarez
photo by Marlus Leon
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