de vender zapatos por la mañana y zapatillas por la tarde vengo, con la adrenalina disparada y ardiendo vengo, menudo cambio de disfraz y de vida, pienso, y en el buzón, al llegar, la reedición de El tiempo de los asesinos, y al verlo, de repente y como por arte de magia (blanca), otra regresión: yo a los 25 bajo el flexo de mi habitación de estudiante de Derecho escribiendo y suspirando por independizarme y publicar algún día mis textos, la importancia que le daba entonces a eso, una simple colaboración en cualquier revista o fanzine, todo aquel torrente de energía descontrolada y feroz, y hoy, 23 años después, autosuficiente y sin amo ni dueño, rodeado, entre otros miles, de mis propios libros, no sé ya cuántos ni para qué, vaya cambio de punto de vista y encaje, pienso... disfrutar de todo esto bajo aquel flexo y entonces, ojalá, sería el ideal y no puedo, cómo y con qué intensidad lo celebraría, pero hoy es ahora y aquí y el ritmo aún continúa, otras islas, otras aventuras, me digo, otros puertos...
53 años
ser amado
y estar vivo
poco importa
el resto
Vicente Muñoz Álvarez
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