domingo, 21 de agosto de 2016

DESDE INSSMOUTH CON AMOR



qué placer, estas tardes tranquilas en Villaobispo, antes de que se joda definitivamente el verano, volver a leer a H.P. Lovecraft, al que tenía relativamente olvidado (jamás por completo, es ya de la casa y lo llevo dentro de mí), El templo, La música de Erich Zann, La llamada de Cthulhu, El horror oculto, El caso de Charles Dexter Ward, Los sueños de la casa de la bruja, El sabueso, Aire frío, y cómo me retrotrae a mis tiempos de pasión febril por la lectura, aquel despertar a la literatura y aquel vivir ensoñando, sin dormir pero soñando, dónde habrá quedado ya y cuántos autores y libros más de por medio, alta literatura, sí, pero raras veces esa intensidad... de vez en cuando lo hago, vuelvo a ellos, a estos maestros de mi juventud, de Quincey, Poe, Huysmans, Machen, Wilde, Blackwood, Lautreamont, Nerval, Stocker, Le Fanu, Maupassant, y es como si la sangre, ahora ya más templada, volviera a arder en mis venas, aquel estar fuera del mundo, aquella quimérica existencia y aquella indescriptible pasión... le he leído y releído desde entonces, a Lovecraft, docenas de veces y en todas las fases y situaciones de mi vida adulta, entre otras teóricamente más altas lecturas, y no me abandona, decepciona, defrauda, sigue ahí... y como no podía ser de otra manera tarde o temprano, era de ley, reciclado con otras visiones, junto a Aleister Crowley, Charles Burns, David Cronenberg y algunos otros angelitos negros, tiene una importante presencia en Del fondo, mi nuevo libro...

va por ti esta vez
 Maestro


Vicente Muñoz Álvarez

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