Por varios motivos puede considerarse esta película, Thriller: A cruel picture (también conocida como Thrilller: They call her one eye, y en nuestro país como Desenlace mortal), de Bo Arne Vibenius, un filme de culto: lo sórdido y truculento de la trama, las descarnadas escenas de sexo explícito, la cuidada fotografía e impactantes secuencias a cámara lenta (que tanto recuerdan a Sam Peckhipah), la censura en varios países, su psicotrónica escenografía y la legión de seguidores que con el tiempo ha generado (entre otros Quentin Tarantino, que se inspiró en ella para rodar Kill Bill). Pero sobre todo y por encima de todo, por la imponente presencia de Christina Lindberg, la protagonista, que con un solo ojo (el otro está cubierto por un ominoso parche que varía de color en función de su vestuario), hipnotiza al espectador y condesa toda la carga morbosa y perversa del film. Sobre ella, frágil e inocente primero, cruel e implacable después, gravita todo el peso del metraje, y es ella, su personaje, el que justifica en última instancia todos los excesos de la película y se queda grabado a fuego en el subconsciente.
Una historia ultraviolenta de prostitución y venganza (con droga, porno y gore incluido), áspera y dura como el cemento armado, que con un ritmo envolvente y lento, muy lento, nos sumerge de lleno en el lado oscuro del corazón.
No apta (aviso) para todos los públicos, polémica y subterránea, hará las delicias de los amantes del cine bizarro y las emociones fuertes.
Vicente Muñoz Álvarez
Thriller: A cruel picture in You Tube:
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