Bajo a León muy de vez en cuando ya, como quien sube a la Luna, instalado desde hace mucho tiempo en diminutos planetas, Grulleros, Valdefresno, Villaobispo, y aunque suene de coña, se me queda incluso grande ahora esta ciudad, estoy de pequeñas galaxias desde hace ya décadas, algo, en algún punto de mi ascenso (o descenso), sin saber por qué, cambió dentro de mí, y acepto sin más mi destino... Bajo a la ciudad como quien sube a la Luna, y aunque nací en pleno territorio visón, hace ya mucho que me acostumbré a vivir en el corazón del bosque, asilvestrado y salvaje, rodeado de verde y estrellas, y estos alunizajes esporádicos me hacen sentir como pez fuera del agua, glup glup, dónde me encuentro, me pregunto entre cráter y cráter, y qué parajes y volcanes son estos... Aun así, muchos selenitas, cada vez que piso este satélite, me saludan y abrazan, y eso me hace sentir lunático aún, tantos latidos y corazones perdidos, lo que fui, lo que soy, lo que seré, quién sabe qué espera (ni importa) en la siguiente estación...
Vicente Muñoz Álvarez
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