martes, 25 de febrero de 2014

BOYS BOYS BOYS (Pezón furtivo)


pocas cosas hicieron vibrar tanto a la España de los 80 (al margen del 23 F) como los pechos de Sabrina Salerno en la Noche Vieja de 1987, aquella horterísima canción, Boys, aquel diminuto pantalón corto y aquel corpiño ajustado... repitieron el vídeo en los medios hasta la saciedad (incluso a cámara lenta), sobre todo el momento en que se le desborda uno de los pechos, un pezón furtivo y un instante de éxtasis y arrebato para todos los españolitos de a pie, y de indignación para todas las madres y esposas de este país... veintiún años tenía yo entonces, y recuerdo aquella actuación como un acontecimiento nacional que dividió a media España, millones de hombres babeando frente a la pantalla del televisor con los ojos como platos y millones de mujeres echando espumarajos y pestes por la boca, hasta el punto de generar casi una guerra civil (sin Tejero de por medio) entre ambos sexos... cuántas discusiones y peleas originó aquel dichoso vídeo, cuántas fantasías y exorcismos, yo fui testigo de unos cuántos, todo por un pecho rebelde escapándose de un corpiño ajustado (cuando había pasado ya el boom del destape setentero y los videoclubs rebosaban de películas X y los quioscos de revistas pornográficas de todo género y tipo)... cosas de la líbido y la imaginación, supongo, del arte de sugerir e insinuar, siempre más efectivo que el de mostrar, lo cierto es que la Sabrina aquella Noche Vieja de 1987, le pese a quien le pese, pasó a la historia de la televisión como un acontecimiento de máxima audiencia y escándalo nacional... visto ahora de nuevo, el vídeo, por lo timorato, parece de risa, pero por aquel entonces, os lo aseguro, no lo fue, aquellos pechos rebotando como pelotas de béisbol y los sensuales y chabacanísimos movimientos de Sabrina Salerno sobre la pista de baile... veintiún años tenía yo entonces, y veintisiete han pasado desde aquella noche, pero hay cosas que nunca se olvidan...



Vicente Muñoz Álvarez



1 comentario:

  1. Nunca entendí que se armara tanto revuelo y sigo sin entender. Puedo imaginar que será que eso es lo que nos diferencia a hombres y mujeres.
    Una cosa es ver a un hombre con interés por una mujer y otra verlo babear. Lo primero, a mi modo de ver, es bonito, lo segundo ya no lo es tanto.
    Saludos.

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