Stalingrado, como Annabel Lee, es un nombre cuyo ruido hace temblar el aire (Leopoldo María Panero dixit): más de un millón de muertos entre el verano de 1942 y el invierno de 1943, una ciudad en llamas y escombros, 40 grados bajo cero, desabastecimiento, canibalismo, francotiradores en todos los pisos y esquinas, miles de desahuciados agonizando sin asistencia médica en los sótanos y dos dictadores megalómanos y sanguinarios, Hitler & Stalin, manejando desde sus respectivos feudos los hilos de sus marionetas...
Varias películas han reproducido desde entonces aquel tremendo choque (la más reciente, Enemigo a las puertas, de Jean-Jacques Annaud), pero ninguna ha sido tan impactante, cruda y fiel a los hechos como Stalingrad (1993), del alemán Joseph Vilsmaier.
Rodada para conmemorar el 50 aniversario de la batalla, propone, en clave antibelicista, un descenso a los infiernos como pocas veces se ha videado en pantalla y como realmente debió ser, inclemente y terrible, absurdo y estremecedor: una pesadilla que supera con creces cualquier delirio imaginable.
Dos consignas de Stalin se hicieron célebres durante aquellos días: Ni un paso atrás y Stalingrado: Fosa común. Os imaginaréis por qué...
Otra cult movie, sin duda alguna, imprescindible en cualquier videoteca.
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Stalingrad in You Tube
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