Porque es bien fácil ser verdugo, afilar cuchillos, cercenar cabezas, juzgar desde el esquema propio y ser muy categórico al respecto... Pero en el fondo, en lo profundo, es del todo imprevisible, el sentimiento. Cada cual tiene su truco, su vicio, su secreto... Aunque suele ocurrir lo de siempre: que unos ganan y otros pierden y los vencedores reconstruyen luego a su medida el mundo... Leyes, usos, normas... Una justicia de vagón de feria, al fin y al cabo...
Vicente Muñoz Álvarez,
de Mi vida en la penumbra
(LcLibros, 2020)
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