Dejo el Derecho para dedicarme a la escritura y la escritura para dedicarme al periodismo y termino escribiendo al final meras reseñas... Por qué no hago otra cosa, me digo, haz otra cosa, deja el periodismo y dedícate a cualquier otra cosa, como centrarte sólo en las oposiciones o en vender con tu padre zapatos, antes que seguir escribiendo reseñas sin fondo y viviendo, por tanto, una vida hipócrita y falsa... Abandoné el Derecho por eso, al fin y al cabo, porque me resultaba hipócrita y falso, un oficio para mercaderes, y la escritura porque, llegado un punto, dicho lo que tenía que decir, me resultaba igualmente hipócrita y falso seguir escribiendo, juntando y juntando palabras para terminar, de un modo u otro, diciendo lo mismo... Quizás ha llegado ahora el momento de abandonar también el periódico, me digo, y estos artículos, antes profundos, que se han convertido con el tiempo en meras reseñas... Igual que abandoné la ciudad, el Derecho, la escritura, igual que tantas personas y cosas me abandonaron a mí, puedo abandonar yo ahora el periódico...
Vicente Muñoz Álvarez,
de El merodeador
(ACVF Editorial, 2016)
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