viernes, 3 de octubre de 2014

INDIAN SUMMER



qué estupendo paseo esta mañana por el monte a boletus con mi hermano Andrés... toda la semana de hipocondría y esplín por muchas y diversas razones, y hoy la montaña y las setas y así a lo tonto, sin forzarlo, el milagro... el Bosque de A todavía muy seco, cuatro edulis despistados aquí y allá y algunas odoras y senderuelas, casi nada en lo tocante a setas, pero los mismos gratificantes latidos de siempre, cerca de treinta años con mi colega Andrés recargando las pilas por tantas montañas y bosques del mundo, y al regreso, sin planearlo, desde La Vecilla, llamada al compadre Carlos en Sopeña, otro que también, charlando birra en mano bajo el cálido sol de octubre en el banco de piedra de su casa centenaria, y la lluvia amarilla cayendo lánguidamente a nuestro alrededor, este beatífico veranillo de San Martín que estamos viviendo, nuestro indian summer particular, y todos esos guiños psicotrónicos y vertiginosos recuerdos, da igual el tiempo que pase, lo compruebo una y otra vez, uno y otro, Carlos y Andrés, Andrés y Carlos, son de mi tribu y siguen de un modo u otro siempre presentes ahí... y los endrinos y las russulas y los negrillos y los ronroneantes gatos y la preciosa yegua de ponny y los gallos de La Cándana y las aves rapaces y las buenas y malas nuevas (y por supuesto Castaneda) y la furgoneta cargada ya de maletas de muestras de zapatos de un solo pie y el bálsamo de la montaña en mis ojos y en el corazón... 

en el
corazón


Vicente Muñoz Álvarez

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