viernes, 31 de diciembre de 2010

HAPPY TRIPPERS by Damego.


Han sido muchos los que me han acusado de escribir con las tripas, orgánicamente acometido, como si el cerebro no fuera una tripa más, quizá un poco sobrevalorada, pero sólo en estos tiempos, porque hasta donde yo me acuerdo escribir con el corazón no estaba mal visto, aunque si le ponías un poco de cabeza mejor, o sea que nunca nos hemos conformado con escribir sin víscera alguna y mejor si le sumamos otras.

Pues bien, a los que escribimos con las vísceras, siempre se nos ha tachado de infames escribidores medio descerebrados, un poco intuitivos pero nada premiables y por tanto nada considerables de espacio crediticio para la crítica literaria, si es que merece la pena nombrarla.

No quiero dar nombres, porque eso sería una vileza que considero impropia de cualquier colega con necesidad de escribir, de manifestarse mediante la palabra escrita, o de ofrecerla a otros, mediante la actuación visceral de cualquier órgano bien interiorizado.

Recuerdo cuando envié mis primeros poemas a revistas supuestamente independientes, más tarde aprendería a identificarlas.

Recuerdo también cuando leí por primera vez un poema mío publicado. Y después algún cuento.

De los editores en papel, que más tarde acabarían atrapados en una búsqueda apremiante por subir a la red, a internet, enloquecidos por encontrar y dar continuidad a espacios literarios independientes de la vorágine academicista y conservadora de mi época, algunos se vendieron en ese camino por sobrevivir, esos son los nombres que no voy a citar.

Yo sólo fui uno más y sé de lo que hablo, aunque a menor escala y sin la manifiesta claridad del editor que os comento hoy, un escritor con una visión profética. Pero, por otro lado, volviendo a mi caso, con el conocimiento suficiente para interpretarlos y en este caso concreto para valorarlo en el nivel que se merece: un luchador, no sólo un superviviente de la criba cibernética.

Y recuerdo a Vicente Muñoz Alvarez, porque a éste sí lo quiero nombrar, en medio de un espacio común, aún por definir y sin saber muy bien, supongo que ninguno de los dos, si yo encajaba en el mismo. Publiqué algunas cosas gracias a él. Acabo de enterarme que encajaba a la perfección, al menos con alguno de mis textos, en su obra editorial.

Lo recuerdo invitándome a sus fiestas de presentación de una nueva revista, en León, con promesas de fiesta y de buen rollo, en la capital del castellano, y yo con otras cosas que hacer, como por ejemplo sostener una familia que ya no existe, al menos bajo los antiguos cimientos. Vaya mierda, nunca me lo debí perder.

Vinalia Trippers fue para mí un paso hacia delante, porque me ofreció otra dimensión literaria, una manera de confirmar la literatura con las tripas, de manera intuitiva e inteligente a la vez, con una perspectiva lingüística más sucia, pero a la vez más acorde con este tiempo que nos ha tocado vivir.

No olvidemos que el lenguaje escrito, por su contenido de reflexión y objetividad conceptual, debería buscar siempre la mera representación de la realidad.

Gracias, Vicente, por seguir ahí, feliz año para ti y para todos los tripperos...

Damego, del blog Los silencios del lobo.
.
Lo mismo
te deseo
compi
v

2 comentarios:

  1. A la próxima fiesta que me invites no falto.
    No será lo mismo, porque nos han machacado mucho por el camino, pero supongo que estaré a la altura todavía, aunque un poco más bajo por la calvicie inexorable.
    Un abrazo
    davidoffmg@hotmail.com

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  2. Internet está moribunda. Te lo repito porque no estoy seguro de que te llegue toda esta propuiesta. he tenido que reiniciar mi equipo cada vez que buscaba la comunicación.
    Recordarás aquello de Bertol Brech de que primro llegarona por unos y luego a por los otros...
    Llámame, Vicente, si buscas algo más que un escaparate para hoy, sin proyecto alguno para mañana, quizá podamos fraguar algo que ambos tenemos en mente: 637316788
    Damego

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