domingo, 15 de noviembre de 2009

JUSTINE


Jess Franco es uno de esos directores de cine inclasificables, desconcertantes y personalísimos, que gusta o no gusta, apasiona o espanta, pero no deja indiferente a nadie. Y eso, como punto de partida, no es decir poco en estos tiempos que corren de plagios sobre plagios y falta de imaginación y espíritu... De vez en cuando uno descubre una joya nueva en su filmografía y de vez en cuando videa algún bodrio suyo de esos que abundan también entre sus más de 300 películas... Pero siempre hay algo en ellas, algún detalle, la música, las tomas enloquecidas, el vestuario o los psicotrónicos argumentos que se saca de la manga, que cuando menos sorprende y agrada.

Justine (1968) está llena de perlas magníficas, comenzando ya por el bizarro reparto (Klaus Kinski, Romina Power, Jack Palance) y continuando por su lisérgica fotografía, la sugerente mezcla, habitual en Jess, de erotismo y sangre, los planos y secuencias psicodélicas y, por supuesto, la delirante historia que narra, adaptación de la novela Justine, del Marqués de Sade, siempre irónico y demoledor con la moral establecida y las leyes divinas y humanas...

A tu salud, tío Jess:

v

2 comentarios:

  1. No sé si conoces la revista Vice, pero el último número era sobre cine y salía J.Franco, D.Lynch, Lars Von Trier, Spike Jones y alguno más, si puedes intenta conseguirla, está muy interesante.
    Es gratis si la pillas en algún local, aunque suelen volar.

    Un abrazo, Vicente. A cuidarse.

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  2. joer, me pareció un coñazo mayúsculo esta película... y no es que esperase una Historia de O o algo así, ni porno ni nada de eso, pero ufff, claro que partiendo de que los escritos del Divino Marqués me duermen... puede ser por eso.

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