Uve murió una noche alcoholizado por la lluvia.
Uve pensó: por la boca muere el pez.
Y se ahogó bebiendo lluvia.
Pobre Uve tragalalluvia, Uve de traje oscuro,
que a nadie dijo adiós.
Se le veía siempre triste en su despacho,
con la gabardina chorreando
y el paraguas abierto en una esquina.
Decían que era un tipo extraño, Uve,
adusto solitario introvertido.
Que sus tripas sonaban como a lluvia
que miraba de soslayo
que al caminar dejaba charcos
que atraía siempre el temporal.
Pobre Uve de traje oscuro,
asomado a la ventana con su calva imán de lluvia.
¿Qué no hubiera hecho por ver brillar el sol?
Soñaba que se cortaba las venas
y su sangre era de lluvia
que su semen germinaba
en un monstruo de lluvia
que sus manos su nariz
y hasta su corazón eran de lluvia.
Pobre Uve tragalalluvia, de iris encharcados,
de ojos de musgo y de rocío.
Se fue como la espuma,
como el fracaso como el viento,
con su maletín negro de lluvia
y el secreto de su pena dentro
sin decir a nadie adiós.
Salió una noche de su casa
alzó la vista al cielo
y se ahogó bebiendo lluvia.
Buscando su destino
perdiéndose en las nubes
sin ver brillar el sol.
Vicente Muñoz Álvarez, de Parnaso en llamas (Baile del sol, 2006).
Uve pensó: por la boca muere el pez.
Y se ahogó bebiendo lluvia.
Pobre Uve tragalalluvia, Uve de traje oscuro,
que a nadie dijo adiós.
Se le veía siempre triste en su despacho,
con la gabardina chorreando
y el paraguas abierto en una esquina.
Decían que era un tipo extraño, Uve,
adusto solitario introvertido.
Que sus tripas sonaban como a lluvia
que miraba de soslayo
que al caminar dejaba charcos
que atraía siempre el temporal.
Pobre Uve de traje oscuro,
asomado a la ventana con su calva imán de lluvia.
¿Qué no hubiera hecho por ver brillar el sol?
Soñaba que se cortaba las venas
y su sangre era de lluvia
que su semen germinaba
en un monstruo de lluvia
que sus manos su nariz
y hasta su corazón eran de lluvia.
Pobre Uve tragalalluvia, de iris encharcados,
de ojos de musgo y de rocío.
Se fue como la espuma,
como el fracaso como el viento,
con su maletín negro de lluvia
y el secreto de su pena dentro
sin decir a nadie adiós.
Salió una noche de su casa
alzó la vista al cielo
y se ahogó bebiendo lluvia.
Buscando su destino
perdiéndose en las nubes
sin ver brillar el sol.
Vicente Muñoz Álvarez, de Parnaso en llamas (Baile del sol, 2006).
Collage sobre Camiseta by Bulgarcita Pingos. De la Exposición Arañados Signos, en paralelo a Versátil.es IV Festival de la Palabra. Valladolid, 2009.
Photo (lectura en el Bar la Curva) by Tormenta.
Photo (lectura en el Bar la Curva) by Tormenta.
Este poema es bueno a rabiar!.
ResponderEliminarUn abrazo, friend
(como sueles decir tú)
Vara
Bellísimo, me gusta el origen pluvial. Me gusta la lluvia. Morir de lluvia.
ResponderEliminarSaludos.