al menos para mí, un chinorri de nueve años por aquel entonces, y para el resto de mis compañeros de clase, que disfrutamos de tres días de luto nacional sin tener que ir al colegio... pero también para otros muchos, la mitad de España al menos, reprimidos y alienados por cuarenta años de dictadura... con esas palabras de Arias Navarro, Franco ha muerto, el 20 de noviembre de 1975, terminaba aquel lapso de infamia en nuestra Historia y arrancaba tímidamente la Transición, la proclamación del Rey ante las Cortes inmediatamente después, la Ley para la Reforma Política y el Gobierno de Adolfo Suárez, las elecciones del 77 y la Constitución del 78, y también, todo (en especial esto) hay que decirlo, al menos para los adolescentes (hijos sietemesinos de la democracia), el desmadre y la fiesta: el punk y el destape y el cine alternativo y los cómics subterráneos y los fanzines incendiarios y los conciertos en directo y el underground y la Pura Vida (llámala si te apetece Movida)... como el fin de una larga maldición, comenzaban a soplar en España aires nuevos, crestas de colores, escritores sin pelos en la lengua, películas delirantes, creadores sin prejuicios, quinquis populares (el Vaquilla y el Torete y el Pirri), bandas de rock sin complejos y todo tipo de asociaciones y minorías (antes clandestinas) celebrando a su manera aquella recién estrenada libertad... como el fin de una pesadilla, quedaban atrás las camisas azules y el caciquismo y la hipocresía y el aislamiento y el cara al sol, y, como en un gigantesco acid test colectivo (a la española), la gente se desmelenaba y quitaba los disfraces y mostraba eufórica su verdadera piel sin preocuparse de lo que hiciera o dijera o pensara el vecino... y en medio de todo aquello, de niño primero y de adolescente poco después, estaba yo, despertando a la vida y al mundo, forjándome a mí mismo entre el colegio y los salones recreativos del barrio, tomando nota de todo lo que veía y escuchando a los Cardiacos y a los Ramones (gabba gabba hey) y a Siniestro Total...
no estuvo mal
la fiesta
la fiesta
Vicente Muñoz Álvarez
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