jueves, 31 de mayo de 2018

DEL FONDO con VELPISTER



Qué mejor lectura que esta estremecedora poesía y pintura de Vicente Muñoz Álvarez y Andrés Casciani para una mañana quirúrgica y de postoperatorio. 

Un libro acojonante en todos los sentidos.


martes, 29 de mayo de 2018

SOUS LES PAVÉS, LA PLAGE



siempre
y omnipresente

como la muerte

la posibilidad
de desaprovechar
la vida

recuérdatelo


Vicente Muñoz Álvarez

lunes, 28 de mayo de 2018

OTREDAD



la inutilidad
de todas
las cosas
que a lo largo
de toda tu vida
has hecho

estudiar
esperar
trabajar
soñar
amar

y sido

listo
y tonto
bueno
y malo
héroe
y villano

para ser
justamente
lo que ahora
eres

otro


Vicente Muñoz Álvarez

EL RITUAL



Pocas películas me han recordado tanto al horror atávico y ancestral de los relatos de Algernon Blackwood, especialmente a El Wendigo, como El ritual (The ritual, 2017), de David Bruckner, claustrofóbica y aterradora, todo un homenaje al género.

El ser humano enfrentado a las fuerzas telúricas e indómitas de la naturaleza, que representan a la vez nuestra propia selva interior, nuestras supersticiones, traumas y miedos, es el punto de partida de este atmosférico filme, basado en una novela de Adam Nevill, que nos introduce en un universo de magia negra ambientado en los umbrosos bosques de Suecia y nos arrastra con mano trémula a nuestros terrores más primigenios.

Ecos de El hombre de paja y La bruja de Blair, tintes de survival movie, emotivas interpretaciones y estupenda fotografía, además de un ritmo trepidante y algunas secuencias que erizan la piel, hacen de esta película una pequeña joya del cine sobrenatural que bajo ningún concepto, amantes de lo tenebroso, deberíais perderos.

Vicente Muñoz Álvarez

Trailer in You tube:


viernes, 25 de mayo de 2018

EN UN LEJANO PUERTO



un atardecer

hace ya mucho tiempo

en un lejano puerto

la siguiente visión

un pequeño barco de vela
con una cabina llena de libros
y una pareja cenando dentro

en la proa dos bicicletas
y en la popa ropa
secando al viento

metáfora y bandera
de libertad


Vicente Muñoz Álvarez

DEL FONDO en casa de ÓSCAR ALONSO PARDO

jueves, 24 de mayo de 2018

SI PREGUNTAN POR MÍ, DI QUE NO ESTOY



recuerdo ahora, de entre miles, esta tarde de mayo de gris, ciertas palabras de mi padre al terminar la ruta: solía decir: si me tocara la lotería, hijo, mandaría a todos nuestros clientes, con cariño, una carta diciendo: muy agradecido por los servicios prestados, pero ahí os quedáis... eso, junto al omnipresente que nada te turbe que nada te espante, made in Sta Teresa, que nunca olvido, y esto otro también: si preguntan por mí, dí que no estoy...

suscribo sus palabras


Vicente Muñoz Álvarez

miércoles, 23 de mayo de 2018

ESTE ES MI HIJO (que estudió Derecho y se torció por el camino)


acostumbrado a la férrea disciplina de los P.P. Agustinos durante más de una década (desde los cinco a los diecisiete años: de párvulos a selectividad), la Universidad, donde no era obligatorio ir clase y se podían conseguir sin dificultad los apuntes, fue una especie (otra) de liberación... apenas pisé el Campus el primer curso, después de asistir a algunas clases y aburrirme como nunca antes, ni siquiera en el colegio, lo había hecho... oh, la Facultad de Derecho... qué rancio aroma a podrido, qué compañeros más austeros y formales y anodinos y circunspectos (a diferencia de los de Biológicas o Veterinaria, mucho más hippies y enrollados), qué jerga tan imposible aquella, la jurídica, qué asignaturas tan densas y tediosas (Romano, Natural, Político, Civil), qué complicado me resultaba entenderlas y, lo más importante (en realidad lo único importante), memorizarlas... eran los tiempos, además, de Veredicto final, mi banda de rock, de la Movida y la noche leonesa, y de mis primeros amores e intensas lecturas e intentos de escritura, y me planteé muy seriamente dejarlo... pero el caso es que, más por no contrariar a mi familia que por ninguna otra cosa, no lo dejé, y contra viento y marea seguí allí, en la Facultad, estudiando Derecho, hasta que siete años después, con muchos desvelos y resacas a cuestas, obtuve la licenciatura... todo ello para tirarlo todo por la borda tiempo después, tras otros tres años de preparar oposiciones y hacer la P.S.S. (Prestación Social Sustitutoria: de la mili) y ponerme a vender zapatos con mi padre... este es mi hijo, que estudió Derecho y se torció por el camino, solía decir para presentarme a los clientes las primeras campañas, y yo me lo tomaba muy a pecho y le decía que no era verdad, que había terminado la carrera y que eso no era exactamente torcerse por el camino... más bien, pensaba y pienso, me enderecé por el camino... comprendí que ese, el Derecho, no era mi mundo ni espíritu, y decidí, como desde entonces he hecho siempre, seguir mi propio camino...


Vicente Muñoz Álvarez,
de Regresiones (Lupercalia, 2015)


lunes, 21 de mayo de 2018

EL CENTAURO



De Vicente Muñoz Álvarez (León, 1966) no hay quien sepa si es más poeta que narrador o más narrador que poeta. Ambos géneros (si es que este término tiene algún sentido en su obra) los ha practicado a su manera. Yo personalmente prefiero en él la poesía que sabe deslizar en su prosa. De su libro ilustrado«Marginales», aquí tenéis una genialidad: «El centauro».

Profesor Lílemus

EL CENTAURO

Escuchamos en la lejanía un rumor sordo y creciente, el trueno de una doble tempestad, y en el horizonte una nube de polvo hinchada precedió la llegada de los invasores del allende. Cayeron sobre nosotros como el viento, sembrando en nuestras filas el terror con largos cuchillos refulgentes y báculos de fuego que herían desde la distancia. Pero, aún más que sus ingenios, asombraba la fisonomía de sus cuerpos, fusión de hombre y bestia en un solo perfil. Su aspecto era fiero y espantoso: lo que parecía ser un hombre demediado se enfundaba en una carcasa rutilante y cegadora sobre la que rebotaban nuestras lanzas. Su cara apenas era discernible, oculta como estaba en una profusa mata de pelo desgreñado. El término de su espalda se fundía con la grupa de la bestia, de enorme vientre y ojos destellantes. Era ágil y fuerte, y la vimos varias veces saltando sobre nuestras cabezas impulsada por sus patas delanteras. Aturdidos por su magia y conscientes de su poder, nos postramos frente a ellos sin ofrecer apenas resistencia, prestos a idolatrarles como a dioses. Y entonces sucedió el mayor de los prodigios. Uno de ellos se acercó hasta nuestro grupo y ante nuestra mirada se escindió en dos partes sin esfuerzo, quedando bestia y hombre separados y aumentando así nuestro pavor. Su vez era ronca y cavernosa. Su nombre, Hernán Cortés.


Vicente Muñoz Álvarez, de Marginales 
(Eje Ediciones, 2008. Ilustraciones de Mik Baro)


miércoles, 16 de mayo de 2018

QUÉ CANSANCIO TAN GRANDE, MADRE



qué cansancio
tan grande

la vida

este baile
de máscaras
esta carrera
de fondo
el día a día
esta tensión

que todo cuadre
y encaje

que haya salud
dinero y amor

que nada te turbe
que nada te espante

que no
se te pare

de pura náusea
y hastío

el corazón

lo que debería
ser fácil
es complicado
y lo sencillo
difícil

madre

qué cansancio
tan grande

tanta sinrazón


Vicente Muñoz Álvarez

martes, 15 de mayo de 2018

TODO NOS SABE A POCO



queremos siempre más
un rizo sobre otro rizo
y nada nos satisface
llena complace
y no aprendemos
nunca la lección

más es menos
y menos es más

todo lo queremos
y nos decepcionamos
y ofendemos
y por eso nada
en el fondo tenemos

tener y no tener
no tener o tener

armas del ego


Vicente Muñoz Álvarez

lunes, 14 de mayo de 2018

MUÑOZ ÁLVAREZ, POETA CREPUSCULAR



Decía Emil Cioran que la melancolía era un estado muy difícil de aprehender, puesto que se nutría de otros estados y sentimientos más profundos si se quiere. No es difícil encontrar la raíz de la tristeza, o volver los ojos hacia el interior de uno mismo para darse cuenta de que eso que oprime el pecho es aquello que llamamos nostalgia. Sin embargo, la melancolía no es tan fácil de explicar. Nace de un vacío pero no necesariamente de una ausencia. Es una molestia interna que padecemos en silencio y que muy pocas veces sale a la luz. Cuando acabé de leer el libro de Vicente Muñoz Álvarez (escritor, editor y poeta nacido en el León de los años 60), “Regresiones”, fue precisamente en este estado, tan próximo a la ensoñación y a la soledad en el que acabé.

Yo no nací en el León de los años sesenta, ni viví, como el poeta cuenta, los últimos años de aquella dictadura infame, ni tampoco asistí al despertar de la joven democracia que fue también el despertar de toda una sociedad sumida en el retraso social que supuso décadas y décadas de puertas cerradas al mundo. Yo nací diez años después que Muñoz Álvarez, y no fue en León, sino en el Buenos Aires de los años setenta, bajo la cortina de sangre de una de las dictaduras más sangrientas que se recuerden en Latinoamérica, y tan solo unos años antes de aquella absurda y estúpida guerra que se llevó por delante la vida de tantos pobres muchachos que marcharon a la muerte bajo una consigna atroz puesto que era absolutamente innecesaria, gratuita y ruin. Y sin embargo, las memorias de Vicente (que abarcan desde su niñez allá por los últimos días de Franco, hasta finales de los años ochenta, en plena efervescencia rockera), en una prosa de diario íntimo bañado en melancolía, me hicieron vivir junto a sus regresiones, el latido de muchas vidas que de alguna manera también era la mía.

Puede que fuera la nostalgia la que llevara a Vicente a escribir estas memorias ahora colectivas, pero qué duda cabe de que sus regresiones llevan el sello crepuscular de quien narra desde la plena consciencia de que nada volverá. Así lo explica en el inicio de uno de los capítulos:

“El objetivo y el fin de todas estas regresiones, como iréis comprobando o comprobaréis, es recuperar mi y vuestro pasado, porque es parecido, exorcizar mis fantasmas, descerrajar con ganzúa de plata las `puertas blindadas de mi corazón”

O en este otro, en el que el autor parte nuevamente de la nostalgia para entregarse a la prosa melancólica:

“sonrío… sonrío de puro gusto y placer cuando vuelvo (cada vez más últimamente) a los momentos perla de antaño, cuando pienso en mis dieciocho y veinte años sonrío, porque la nostalgia es siempre un placer, y allá que vuelvo una y otra vez, todos estos flashbacks vienen de ahí, como estigmas imborrables en el corazón y la piel vienen estos recuerdos a mí y también, por supuesto, debo contarlos… vuelven aquellos lisérgicos recuerdos a mí, y yo con ellos, a modo de caleidoscopio, me dejo llevar, quizás por lo adulterado del presente, este sucedáneo que nos han querido vender, en lo que han reciclado la sociedad…”

Y es que, Vicente Muñoz Álvarez, que lleva una veintena de libros escritos casi desde las sombras, es uno de los representantes de la cultura de la periferia, esa que no aparece en los grandes medios sino más bien lo contrario: se nutre y vive de la calle, de la gente. Así pues, aunque ya está curtido en la indiferencia del gran público (aunque he de añadir que supe hace un tiempo que su libro fue motivo de una charla en la universidad de León), nos regala esta obra que es parte de todos. Quieran o no. Nos brinda un testimonio auténtico y fértil y nos abre la puerta de su corazón que es al mismo tiempo su gran espacio anímico. Porque Muñoz Álvarez es todo corazón y crepúsculo. Y es en esas últimas luces del día, allá donde acaba el horizonte, donde hallamos su prosa aguardando en silencio.

Vuelvo entonces, a modo de despedida, a las palabras de Cioran:

“los elementos estéticos de la melancolía contienen las virtualidades de una armonía futura que la tristeza orgánica no depara. Esta conduce irremediablemente a lo irreparable, mientras que la melancolía se abre al sueño y a la gracia”


Ernesto Cobos,
en Crónica de un hombre invernal.


jueves, 10 de mayo de 2018

PEINA SUS ALAS



cuando
te encuentras
notas así

TE AMO

en la puerta
de la nevera

es que un ángel
vela por ti

aunque el mundo
se hunda alrededor
un ángel vela por ti

peina sus alas


Vicente Muñoz Álvarez

martes, 8 de mayo de 2018

DEL FONDO: Dice la crítica:



Con Vicente y su doliente pueblo elegido, viajan también monstruosidades orgánicas vivas o no-muertas, criaturas de pesadilla surgidas de la coyunda bestial entre El Bosco y Lovecraft, Brueghel y Giger, Goya y Charles Burns, gloriosamente retratadas por las no menos visionarias y alucinadas ilustraciones de Andrés Casciani.

Jesús Palacios

Como habrá podido comprobar el lector tras terminar el viaje inducido por Vicente y Andrés, la simbiosis ha sido perfecta y muchas veces cuesta pensar qué fue antes, si la ilustración o la palabra. Se convierten así en un perfecto nuevo cuerpo que como el texto o la imagen se va transformando ante los ojos atónitos del espectador.

Pablo Malmierca

El poeta y editor leonés acaba de publicar en su sello Vinalia Trippers el poemario de terror ‘Del fondo’, en el que destacan las impactantes ilustraciones en blanco y negro del dibujante argentino Andrés Casciani.

Joaquín Revuelta, La Nueva Crónica

Acabo de recibirlo y ya os puedo decir que es una maravilla, un libro de culto. Enhorabuena a Vic por sus versos desde las entrañas, a Andrés por sus impresionantes ilustraciones y a Rodrigo por todo el curro para obtener un libro de la máxima calidad. Pedazo de propuesta literaria, señores. 

Esteban Gutiérrez Gómez

Un viaje fantástico detallado por Andrés Casciani, que ha aportado con sus ilustraciones -75 en total, una por poema- la oscuridad que el escritor leonés cincela con sus palabras, en una narración que defiende el lenguaje poético para acometer el trayecto al mundo de los sueños.

Camino Sayago, Tam Tam Press

Esta tarde, en el buzón, una auténtica maravilla: DEL FONDO, del poeta y narrador y hermano Vicente Muñoz Álvarez, uno de los pilares de la escritura contracultural española, acompañado en esta nueva aventura por el ilustrador argentino Andrés Casciani. El resultado final: una joya. Chapeau.

David González

Pasar tres, cuatro páginas al tun tun, sentir un estremecimiento y exclamar: Joder, qué preciosidad, qué cosa más bonita. Mi enhorabuena a Vicente Muñoz Álvarez, a Andrés Casciani y a todo el equipo de Vinalia Trippers por una edición impecable. Estáis a otro nivel.

Pepe Pereza

Próxima al género de la novela gráfica y plenamente adscrita al género del terror, este nuevo libro renueva, completa, amplía y eleva a otro nivel una obra anterior, alumbrada hace ya dos décadas y que estaba descatalogada desde hace tiempo.

Chechu Gómez, Cadena Ser

De su pasión por la cultura subterránea, por la literatura de horror y por el cine de culto ha extraído Vicente Muñoz Álvarez la abisal materia prima de la que se alimenta Del fondo, su espeluznante nuevo volumen, magnífica e inquietantemente ilustrado por el argentino Andrés Casciani.

Emilio Gancedo, Diario de León

No hay pirotecnia en las páginas que labra Vicente y sí mucho de su condición de explorador de la realidad, un aventurero que hace de la cotidianeidad y la rutina un imprevisto y que ahonda en toda circunstancia desde el vértice que le proporciona esa capacidad suya para atrapar cada instante.

Emilio López Castellanos, Ileón.com

Tomar distancia y disfrutar del bestiario que nos alimenta desde la infancia. Mitos y cultura subterránea que Vicente reivindica y conoce como nadie y que ahora podéis disfrutar o sufrir gracias a la colaboración de las inquietantes y maravillosas ilustraciones de Andrés Casciani, un virtuoso mago del dibujo, pintura y grabado. 

Julia Navas Moreno

A medio camino entre el cómic, el poemario y la narrativa de terror, Del fondo, que cuenta con unas extraordinarias ilustraciones de Andrés Casciani, es un viaje en modo poético por los abismos de la locura y del infierno.

José Ángel Barrueco

La penumbra siempre ha envuelto la obra de Vicente Muñoz. Ahora, el escritor se emboza el manto de las tinieblas para presentar su libro más oscuro, un poemario en el que no hay lugar para las coartadas. La muerte, la última estación, se convierte en el único habitante del libro, ilustrado por Andrés Casciani.

Cristina Fanjul, Diario de León

Vicente Muñoz Álvarez publica un libro que es más que un libro, una obra artística en la que le acompaña el ilustrador y artista visual argentino Andrés Casciani. Una edición mimada hasta el extremo. Una verdadera joya.

Pedro Gascón

En el submundo articulado por Vicente Muñoz todo es aterrador. Los cuerpos de los humanos se van transformando y deformando para adaptarse a los cambios del propio túnel y a la alteración del tiempo en esa oscuridad en la que conviven con otros organismos que se alimentan de los desechos de los cuerpos.

José Enrique Martínez, Filandón

Un infernal descenso a las profundidades de la condición humana, una lúcida crítica al Capital, al Sistema establecido, en el que los individuos mutan de bestia en bestia, una vez tras otra, en deformes, que caminan adentro de un laberinto en el que no existe salida porque en lo deshumano no hay escapatoria.

Gsús Bonilla, Poétikas

Páginas que rezuman, tinta espesa que se pega a la piel para corroerla, un túnel que te engulle y te regurgita atónita del viaje. Una simbiosis perfecta entre Vicente Muñoz Álvarez y Andrés Casciani para parir esta travesía alucinada y alucinante.

Ana Grandal

No tengáis miedo ni dudas a la hora de bajar hasta el fondo del túnel oscuro que nos abren estos dos genios, Vicente con sus textos y Andrés con sus ilustraciones.

Miguel Borgas

Poe-sadilla demoledora y (a partir de ahora) recurrente. Como triturar en una batidora el infierno de Dante hasta convertirlo en casquería, aliñado con lo más sucio de Cronenberg, de Lovecraft, de Alan Moore... Dibujos y textos aliándose para generar una de esas experiencias casi psicotrópicas de las que tanto sabe Vicente.

Juanjo Ramírez Mascaró

Una perversión de El jardín de las delicias de El Bosco retratando, en este caso, el inframundo o el fracaso de la creación. Una travesía roja y agónica dentro de uno mismo. Una alegoría de nuestra fe y degradación. Nuestro epitafio zombie, la promesa de luz a cambio de la anulación de la carne. Vicente, radiografía, magistralmente, la putrefacción a la que sometemos nuestras almas en pos de una verdad tan inventada y patentada como triste, tan hueca, tan blanca. Casciani, ilustra en crudo, ese tour por el abismo.

Julia Roig, Culturamas

Del fondo puede ser la obra definitiva en que Vicente ha volcado, con inigualable maestría, gran parte de sus filias cinematográficas, literarias, culturales, las más oscuras de ellas, a la par que sus fobias más filosóficas. Un libro objeto de una delicadeza bizarra y dolorida, una deliciosa cartografía del abismo en que perderse por horas (todas las que aún restan hasta que nos asuste la luz del día)... un viaje del que es imposible salir ileso. 

Pablo Cerezal, Vislumbres de El Dorado

Un libro que festeja la poesía desde su óptica es Del fondo (Vinalia Trippers), del leonés Vicente Muñoz Álvarez, con prólogo de Jesús Palacios y epílogo de Pablo Antonio García Malmierca y con ilustraciones de Andrés Casciani, posiblemente el mejor libro ilustrado, en blanco y negro, que yo he visto.

Enrique Villagrasa, Librújula

Un viaje asfixiante por nuestros demonios, una alegoría de una sociedad enferma, de la ceguera y la adoración a los falsos profetas. Una joya. 

Jorge M Molinero

*
Información y pedidos:

España: vicentevinalia@hotmail.com

Argentina: andrescasciani@gmail.com

Booktrailer: 


lunes, 7 de mayo de 2018

DEL FONDO según JORGE M MOLINERO



Del fondo, de Vicente Muñoz Álvarez e ilustrado por Andrés Casciani, producciones Vinalia Trippers, 2018.

Un viaje asfixiante por nuestros demonios, una alegoría de una sociedad enferma, de la ceguera y la adoración a los falsos profetas. Una joya.


Jorge M Molinero

Booktrailer: 


viernes, 4 de mayo de 2018

ATANOR



según
qué punto 
de vista

el fin
o el principio

el ser
o la nada

el infierno
o el cielo

el oro
o el plomo

el orden
o el caos

depende
de cómo
lo mires


Vicente Muñoz Álvarez

jueves, 3 de mayo de 2018

SÍSIFO BAJANDO LA PIEDRA



comienzo a llegar poco a poco, ya agotado, como en una psicodélica maratón, al fin de mi ruta, mi éxodo zapateril, un par de semanas y ya, libre libre quiero ser... desde que hace 21 años 21 comencé con mi padre a vender zapatos (estudió Derecho, pero se torció por el camino, solía decirle a nuestros clientes como carta de presentación), ninguna campaña como esta, tan frustrante y estresante y difícil... que no venden, que no pueden, que no compran, que no pagan, que se arruinan, que cierran, que el mal gobierno les sangra, que si los chinos, que si el tiempo, que si internet, que no llegan a fin de mes... así cliente tras cliente y tienda tras tienda desde hace dos meses y medio ya, suyo será el reino de los cielos... tortura, calvario y matadero, este oficio mío, por no hablar del otro, la literartura, hoguera de las vanidades, refugio y trinchera, nuestro es, metafóricamente hablando, el purgatorio en la tierra... así ando y soy y estoy estos días, entre ambos frentes me debato, escribir y vender zapatos, y las noches de insomnio y kilómetros y más kilómetros y paranoias extrañas en la carretera... pero también, y a medida que me acerco a mi meta, al fin de esta tremenda odisea, Ulises reencarnado, liberto desencadenado, Sísífo bajando la piedra, el olor a verde y mar ya en mis venas, las setas y el bosque y la playa a la vista, sensaciones y paisajes que comienzan a ser ya de otro color, el cielo más nítido, mi corazón más templado, brotes en la cabeza... justo por eso, esa libertad que está al llegar, mal menor lo demás, pienso, sigo en la carretera...


Vicente Muñoz Álvarez

miércoles, 2 de mayo de 2018

LOS QUE VIENEN DETRÁS: Fragmentos (4)



Siempre me gustaron las sorpresas. Desde niño, cuando mi madre o mi hermana o mis amigos venían con sus regalos envueltos en papeles de colores... dedicatorias... lazos... cintas... Magia. Lo de menos, en realidad, es lo que hay dentro. Puede gustarte o no y eso no importa. Si eres buen simulador... precioso... me hacía falta... y tan bonito... Es bien sencillo, manipular a las personas, hacerlas creer mentiras, manejarlas, confundirlas, forzar sus sentimientos.... Pero eso sí: que no falte la magia. Si no hay magia no merece la pena ya estar vivo. A eso me refería antes, cuando hablaba de los paquetes de regalo, la emoción visual, el sentimiento, el colorido. Ahí está la clave: burlar al tiempo y distorsionar la realidad. Algo estupendo. Que vivir sea un juego de niños. Y seguir siendo siempre un cachorro.


Vicente Muñoz Álvarez,
de Los que vienen detrás y otros relatos
Prólogo por Hernán Migoya. Ilustraciones de Miguel Ángel Martín 
(DVD ediciones, 2002)