jueves, 31 de octubre de 2013

ODISEA


cada cliente
un problema

cada tienda
un naufragio

cada venta
una odisea

poco
a poco

contra viento
y marea

cubriendo
la ruta

me acerco
al final


Vicente Muñoz Álvarez

miércoles, 30 de octubre de 2013

LONE STAR



hoteles de carretera
en plena ruta

la autovía
rugiendo

tristes menús
de hospital

la nostalgia
de siempre

toneladas

aplastantes

de soledad


Vicente Muñoz Álvarez

lunes, 28 de octubre de 2013

OVEJA NEGRA



no bajes la guardia
estate siempre alerta

la sociedad
querrá cambiarte
una y otra vez

domarte programarte
moldearte pulirte

los que ya han claudicado
querrán hacer de ti
lo que ellos son

siervos
del sistema

no bajes la guardia
toma precauciones

o llegará un día
en que no te reconozcas ya
frente al espejo

y no habrá entonces
marcha atrás


Vicente Muñoz Álvarez

domingo, 27 de octubre de 2013

MIRANTES, SHANGRI-LA


La vida es un hospital en el que cada enfermo 
quiere cambiar de lecho. 

Charles Baudelaire

Los mejores y los peores años de mi vida, los más felices y conflictivos, los más intensos y decisivos para mi formación, aproximadamente de los diez a los veinticinco, los pasé a caballo entre el campo y la ciudad (que diría Jack Kerouac), entre León, mi ciudad natal, y Mirantes de Luna, un pueblo de montaña abandonado, hoy sólo escombro y ruina, cuyas tierras de pastoreo y cultivo, junto a las de todo el valle, fueron anegadas en 1951 por las aguas de un pantano. Muchos pueblos continúan aún sumergidos, siendo únicamente visibles cuando desciende, en épocas de sequía, el nivel del embalse. Pueden contemplarse entonces sus siluetas fantasmales en medio de extensos eriales de barro, sus iglesias derruidas, sus casas desmoronadas, el trazado devastado de sus calles y el chasis de sus árboles secos: un espectáculo sobrecogedor, aunque en cierta manera, también (al menos para mí) sugerente y hermoso. Láncara, Miñera, Oblanca, Lagüelles y varios otros pueblos del valle sufrieron ese destino (y aún circulan por la zona leyendas de espectros y aparecidos, la hueste de ánimas, que ponen los pelos de punta). Sin embargo, el paisaje actual, quizás debido al espejismo del agua (que confiere a todo un aire de poema laguista), es impresionante y magnífico: imponentes farallones de roca, bosques de sabinas que, según dicen, compartieron la tierra con los dinosaurios, cascadas, vertiginosos caminos de cabras y gargantas profundas... A Mirantes, en cambio, no le alcanzó el nivel del pantano. Sí a sus tierras y huertos (lo que supuso, lógicamente, su definitivo abandono), pero no al núcleo urbano del pueblo, que permaneció durante años intacto, deshabitado y sometido a las inclemencias del pillaje y del tiempo. Junto a él, pocos metros más abajo, en una ladera, se asienta un modesto Club Náutico fundado en los años 70, en cuyo interior, al borde mismo del agua, mis padres tenían una pequeña caravana. Allí solíamos pasar los veranos, descansando del mundanal ruido (como le gustaba decir a mi padre) y huyendo del calor asfixiante de la ciudad. Nos trasladábamos con media casa a cuestas a primeros de julio y, salvo alguna visita esporádica de aprovisionamiento a la capital, permanecíamos allí hasta el final del verano. Ese fue mi refugio de juventud, mi Shangri-La personal, un lugar en el mundo donde respirar. Sobre todo a partir de los dieciocho años, desde que tuve mi primer coche e independencia para ir y venir a mis anchas, y descubrí el placer de habitar aquel nido solitario en invierno. A él acudía, como a un balneario, siempre que estaba melancólico o triste, estresado, frustrado o roto, cuando el esplín de la ciudad me asfixiaba por dentro y necesitaba reposo y sueño, silencio para estudiar, sosiego para leer y escribir y espacio para caminar... Aunque es aquí, llegados a este punto, a aquellas idas y venidas de oxigenación, cuando esta crónica, que hasta ahora parecía paisajista y romántica, muy leonesista, cobra un cariz distinto: el que a mí (que no soy ni paisajista ni leonesista, aunque en cierto modo, al menos de espíritu, sí romántico) en verdad me interesa... Porque al otro lado del bosque, a menos de una hora de carretera, estaba también la ciudad, mi ciudad, León, donde el resto del año vivía, donde realmente estaba mi mundo y de donde cíclicamente (y esa es la verdadera clave de esta historia) tenía que huir para refugiarme en Mirantes... León, capital del frío, cuna de escritores ilustres, con su rancio aroma a podrido, hoguera de vanidades, anclada en la tradición y el tiempo, somnolienta, magnética y provinciana... León, que me enervaba y debilitaba (y aún lo sigue haciendo), pero al tiempo me seducía, donde tenía mi banda de rock and roll (yo a la batería) y amigos, donde semana tras semana, de viernes a domingo, en el Barrio Húmedo me emborrachaba (nuestro deporte local favorito), donde mes a mes, de lunes a viernes, me dejé la cabeza y la piel estudiando (EGB, BUP, COU, Derecho & Oposiciones), para finalmente, años después, abandonarlo todo súbitamente y cambiar de rumbo y destino... León y Mirantes, la ciudad y el campo, el bullicio y la calma... Entre ambos oscilaba y me debatía (y aún me debato y oscilo), incapaz de integrarme del todo en ninguno, como me ha pasado siempre, de estar relajado y armonizado en un solo lugar, porque todos en el fondo me asfixian, porque en ninguno realmente puedo estar, porque siempre deseo lo que está al otro lado y cuando lo tengo ya pienso en lo que he dejado atrás... Supongo que así es mi naturaleza, y a estas alturas no me esfuerzo ya demasiado en cambiarla... Pero en aquel tiempo yo era un adolescente inconformista e inquieto, nervioso e hiperactivo, confuso y sin definir, que buscaba aquí y allá sentido a todo, la perla, sustancia y forma, y que se estrellaba una y otra vez contra los muros de sus propias fronteras... Me cansaba de la ciudad porque me agobiaba la gente y el mundo, porque me debilitaba la noche y la fiesta, porque perdía la inspiración para estudiar y escribir, y me trasladaba a Mirantes unos días y allí me recuperaba y me volvía a hacer fuerte a base de largas caminatas por la montaña y el bosque, lectura y ensoñación, hasta que pronto volvía a necesitar la ciudad, empapado nuevamente de soledad hasta el tuétano... Y así una y otra y otra vez, una y otra vez... León era la tentación y la furia, los conciertos, las lecturas y presentaciones de libros, Vinalia Trippers, los compromisos, la universidad, mi carrera (o en términos literarios, Miller, los beat, Bukowski y Céline, por ejemplo) y Mirantes era el sosiego y la calma, el ensueño y la magia (Castaneda y Withman y Machen y Allan Poe), todo ello, ambos extremos, necesarios e imprescindibles para mi búsqueda incesante de lógica, para mi desahogo... Unos días en Mirantes me dejaban, por decirlo de algún modo, relajado y feliz, con ganas de gente y de fiesta, y unas semanas en León después me dejaban fragmentado y partido, desnortado y fuera de mí, necesitado de nuevo de la quietud del campo... En ningún sitio podía estar demasiado, nada más llegar a uno pensaba en volver al otro y viceversa, y así una y otra vez... Y todo ello me desconcertaba y desubicaba y hacía sentir disociado, en lucha continua conmigo mismo y mi entorno... Aunque puede que en el fondo, pienso, tuviera que ser así, que en el movimiento y la oscilación y el desequilibrio (todo ello muy beat) estuviera entonces mi verdadera esencia y naturaleza, no lo sé, tampoco me importa ya demasiado. Pero entonces sí me importaba. A decir verdad, todo me importaba entonces demasiado, a todo le daba mil vueltas, todo lo analizaba, todo era para mí motivo de desequilibrio y de duda, cosas todas de la edad... Aunque lo cierto es que debo admitir que seguramente Mirantes fuera entonces mi salvación, sus cientos de buenos recuerdos, paseos y desahogos, el fortín de los maquis, el valle encantado, la isla de los conejos, la cueva del desfiladero, el pueblo en ruinas, los primeros besos, las primeras melopeas, los primeros amigos, el cementerio abandonado (sobre cuyas lápidas invocábamos a aquella temible hueste de ánimas), mis primeros relatos y poemas, las noches interminables junto a la hoguera, las luciérnagas benefactoras, el mirador de los suicidas, el balneario de Caldas, el cielo protector y estrellado, los otoños lánguidos en la chopera, la literatura gótica y decadente y los aullidos lastimeros de los lobos a lo lejos, algunas noches, en la profundidad del bosque... Todo ello, pienso ahora, fue seguramente lo que me impidió volverme loco entonces y haberme definitivamente perdido, arrojado al fin de la noche o, por el contrario, en el mejor de los casos (cosa que tampoco está en mi esencia y naturaleza), convertido en un abogado o funcionario al uso... Todo ello, pienso, me ha hecho ser lo que soy, narrador y poeta, vendedor de zapatos, inconformista, apátrida y soñador. Como el Ying & el Yang. O como la propia vida. Pero sin todo ello, eso está claro, hoy sería alguien distinto y en el fondo no quiero serlo. La ciudad y el campo, el bullicio y la calma, el silencio y el ruido, lo blanco y lo negro, la tierra y el fuego... Eso es lo que he sido y soy y ahora siento por dentro. Eso es lo que, en definitiva, quiero ser.


Vicente Muñoz Álvarez

sábado, 26 de octubre de 2013

FRUTOS DEL BOSQUE


y entre zapatos, clientes y noches solitarias de hotel, largos paseos los fines de semana bajo los robledales y encinas cosechando los últimos frutos del bosque, corpulentos boletus que asoman altivos de entre la hojarasca desafiando silenciosos al buscador... 

v

EL DESCRÉDITO en DIARIO DE LEÓN


Céline, un cerdo, un diamante

Los leoneses Vicente Muñoz y Julio César Álvarez coordinan un libro sobre la brillante dimensión literaria y la infame calidad humana de Louis Ferdinand Céline.

Cristina Fanjul | Diario de León 24/10/2013


«Rotundamente, por ser una de las mejores novelas del siglo XX, que te engancha con su estilo personalísimo desde la primera a la última página, y por la profundidad y lucidez de su pensamiento, que desnuda el alma y corta la respiración». Con estas palabras, Vicente Muñoz Álvarez explica la razón por la que Viaje al fin de la noche es un libro imprescindible. Por ello, el poeta se ha unido al también leonés Julio César Álvarez para alumbrar El descrédito. Viajes narrativos en torno a Louis-Ferdinand Céline, la bestia negra francesa, el autor que colaboró con el nazismo y que escribió una de las obras fundamentales para aventurarse en los abismos del alma humana. «Nos parecía necesario reivindicar objetiva y desprejuiciadamente su legado», recalca Muñoz, que se ha hecho acompañar en este nuevo tributo literario de autores habituales en su gestaciones literarias. Bruno Marcos, Patxi Irurzun, Gsús Bonilla, Alfonso Xen Rabanal o Pepe Pereza son algunos de ellos. Pero, en esta ocasión, este ‘aquellarre’ ha sido bendecido por Enrique Vila-Matas, que hace una radiografía certera de la personalidad moral y literaria del escritor galo. El catalán titula su texto Un hombre un poco pesado y en él da cuenta de la paradoja por la cual su «inmensa calidad literaria convivió siempre con su monstruosidad moral». El autor de Doctor Pasavento lo tiene claro: «Céline fue un cerdo repugnante». Además, le despacha rápidamente y asegura que sólo tiene dos obras de altura: Viaje al fin de la noche y Muerte a crédito. «Las otras obras no son nada, o son sólo un desesperado intento de tocar siempre la misma melodía, la única que él oía: la de la muerte».

Vila Matas recuerda las palabras que sobre Céline pronunciara Jünger: «Un hombre alto, huesudo, recio, un poco pesado, pero vivaz en la discusión o, mejor dicho, en el monólogo. Cuando habla tiene la mirada fija propia de los maníacos y se tiene la impresión de que este hombre camina hacia una meta desconocida». Y, para el escritor esa meta no era otra que la muerte, «la muerte únicamente». «Al final eso: cargante, que diría Beckett», termina Vila Matas.

Destaca Vicente Muñoz que una de las premisas iniciales de este libro fue la de disociar la obra de Céline, sus impresionantes novelas, de su biografía. «Como autor, estamos ante uno de los más grandes escritores del siglo XX, cuya obra no ha sido suficientemente valorada. Como persona, ante un nihilista empedernido, que cometió el error de apoyar el Régimen de Vichy durante la Segunda Guerra Mundial. Por esto último soportó la cárcel, la tortura, el descrédito y el ostracismo en vida», subraya.

El poeta sostiene que por todo ello, Céline no ha sido aún valorado en su justa medida. «Ya va siendo hora de que ambas facetas sean diferenciadas y se valore, al margen de su vida, la genialidad de su obra», insiste. Por eso, este libro.

El autor de Canciones de la gran deriva califica la prosa del francés de «emotiva» y destaca su clarividencia para describir el absurdo humano. «Ese estilo balbuceante y brutal, lleno de exclamaciones y puntos suspensivos refleja como pocos la tragedia del hombre y de su destino», asegura.

Añade que la elección de los autores se centró en las afinidades de los antologados con la obra de Céline y concreta que lo que queda del autor en la actualidad son sus dos principales novelas, Viaje al fin de la noche y Muerte a Crédito, así como la influencia de su obra en la literatura contemporánea, «a mi juicio decisiva para entender la narrativa más reciente». En su mano está la tarea de separar la monstruo del genio creador.

jueves, 24 de octubre de 2013

CARREFOUR ES EL ANTICRISTO (días de ruta)



joder, cuánta paliza física y mental y moral estos días intentando vender zapatos, León y Asturias en ruinas, echando humo, y por la televisión los perros del amo diciendo que atrás queda la recesión, que España crece, y las calles llenas de peña pidiendo: soy camionero, no tengo trabajo, tengo tres hijos, no tengo trabajo, soy licenciado, no tengo trabajo, paso hambre, no tengo trabajo... y las tiendas vacías y cientos de locales cerrados y los barrios de obreros invadidos de comercios chinos y los de los pijos llenos de seres vacíos y este mundo podrido que tanto nos resquebraja el corazón... horas y horas en la furgoneta esperando a los clientes haciendo funestos recuentos y cálculos y leyendo (Carrefour es el Anticristo, de Ricardo Moreno Mira: diez sobre diez, apocalíptico & tremendo & como anillo al dedo para la ocasión: no dejéis de leerlo) y ensoñando y pensando en los proyectos presentes y por venir: El descrédito (otra espina que me saco del cuerpo), Arte de la ensoñación (que, espero, verá pronto la luz), la segunda entrega de Cult Movies ya casi lista y otro nuevo poemario que titularé Médula (adivinad por qué) a punto de caramelo... si toda la energía que utilizo para escribir y leer y publicar a la gente que admiro la invirtiera en intentar con más tesón vender zapatos, pienso, otro gallo cantaría, pero tengo corazón de lluvia y alma de poeta, es inútil no reconocerlo ya a estas alturas, 47 primaveras, y tanto arrebato y magia y frustración y desencanto mezclado en alquímicas dosis dentro de mí... ay, nuestra España que crece y decrece, nuestros desvelos y esfuerzos, nuestros anhelos y desengaños, nuestros amores y pasiones e ilusiones y desilusiones y miedos... todo, como la ceniza, se va con el viento...

v

miércoles, 23 de octubre de 2013

MAGIA DEL CIELO Y LAS PALABRAS


Y pese a todo
sigue habiendo
todavía
algo de magia
en ciertas cosas
cuando te sientas
en un parque
a descansar
después
de un gran paseo
y a tu alrededor
corren los perros
y en el centro
hay un templete
antiguo extraño
y al llegar a casa
fluyen cadenciosas
las palabras
para encajar
sin violencia
en el puzle
de analogías
ambiguas
de lenguaje.

Vicente Muñoz Álvarez, de Canciones de la gran deriva (Origami, 2012).

http://editorialorigami.com/web/canciones-de-la-gran-deriva-vicente-mu-oz-alvarez.html

martes, 22 de octubre de 2013

EL TIEMPO DE LOS ASESINOS: Semblanzas de algunos escritores malditos.


J.K.Huysmans, Oscar Wilde, G.I.Gurdjieff, Arthur Machen, H.P.Lovecraft, L.F.Céline, Henry Miller, Malcolm Lowry, Dylan Thomas, William Burroughs, Jack Kerouac, Charles Bukowski & Raúl Núñez

según

Vicente Muñoz Álvarez

Edición ebook
Longitud 60 páginas en Adobe Digital Editions
ISBN 978-84-15414-85-8 (epub)


BANDIDO: Freedom Now.

lunes, 21 de octubre de 2013

EL ANSIA


Otra de las películas de culto emblemáticas de los 80, El ansia (The Hunger, 1983), del malogrado director Tony Scott, revisa con una estética elegante y decadentista el mito clásico del vampiro, aportando, pese a las lagunas de su argumento, algunas claves y puntos de vista novedosos y originales dentro del género.

Con una impecable fotografía, una banda sonora que fusiona lo clásico (Schubert) y lo transgresor (Bauhaus), y la sensual presencia de Catherine Deneuve, David Bowie y Susan Sarandon como protagonistas, Scott construye esta oscura fábula de vampiros moderna, que si bien peca de preciosista y almibarada (como apunta Bowie en una secuencia del film), resulta a la par desasosegante y perturbadora.

Irregular en varios aspectos, pretenciosa y llena de tópicos ochenteros (estética de videoclip, luces de neón, trajes de estilo Adolfo Dominguez, secuencias en cámara lenta, etc), El ansia ha envejecido como un vino afrutado y añejo, característico de una época turbulenta, que sigue llenando de sensaciones ambiguas el paladar.

Una película de ambientes y atmósferas, sutil y refinada al tiempo que siniestra y desconcertante, que no debería faltar en vuestra videoteca.

v

Trailer in You Tube:


GABRIELE D'ANNUZIO

sábado, 19 de octubre de 2013

MÚSICA DE CÁMARA


algunos

sangre
de mi sangre

están
siempre ahí

sus versos

rugiendo
feroces

aullidos
interminables

dentro
de mí

sigo
escuchándoles


Vicente Muñoz Álvarez

MAESTROS ANTIGUOS


otra antología

otro tributo

otro homenaje

poco
a poco

como espinas
 que me saco
del cuerpo

voy saldando
mis deudas

lo bueno
y lo malo

por amor
al arte

deliberadamente

se encarna
en mí


Vicente Muñoz Álvarez

viernes, 18 de octubre de 2013

AFINIDADES (reloaded)


y sí

es hora de decirlo

ese orgullo
de tenerlos

pese
a las consecuencias

(casi siempre nefastas)

lejos a unos

perros
del amo

y a otros

queridos
drugos

mientras
el mundo se hunde

cerca


Vicente Muñoz Álvarez

AFINIDADES


en la poesía

como en todo
en la vida

(aplíquese la fórmula
a cualquier gremio)

los hay que figuran
los hay que medran
los hay que emulan
los hay que escalan
los hay que trepan

y algunos
pocos

los menos

al margen
de las consecuencias

(casi siempre nefastas)

dicen
la verdad

por encima
del valor
de sus versos

sólo ellos
me inspiran

ya

sólo a ellos
me debo

de entre
la podredumbre

por ellos
la lucha

brindo
por su amistad


Vicente Muñoz Álvarez

brazo by Gsús Bonilla

DÍAS DE RUTA


de lunes
a viernes

solo con
los zapatos

solo en
la furgoneta

solo
yo

dentro
de mí

babilonia
rugiendo

sangran
mis sueños


Vicente Muñoz Álvarez

LA MANO QUE MUEVE LAS PIEZAS


Felipe J. Piñeiro leyendo a Vicente Muñoz Álvarez

(Del poemario Animales Perdidos)

miércoles, 16 de octubre de 2013

MANTRA


vender zapatos
en primavera y otoño
para poder escribir
el resto del año

un mal
menor

me repito
como un mantra
mientras avanzo
en la ruta

que nada me turbe
que nada me espante

que nada
me espante


Vicente Muñoz Álvarez

martes, 15 de octubre de 2013

CULT MOVIES: Epílogo.


Un faro en las tinieblas del exceso de información 

(Epílogo)


¿Qué tal la experiencia, amigo? 

Espero que tu lectura haya sido tan gratificante como lo fue la mía. 

Acabar de leer este libro de artículos y reseñas no es muy distinto a salir de la penumbra de un cine y afrontar la luz de la realidad, que a la postre resulta más incómoda y, desde luego, más inhóspita que cualquiera de las ficciones que Vicente Muñoz Álvarez propone en este repertorio de títulos anómalos, argumentos enfermos y ambientes espeluznantes. En estos tiempos de internet tal vez tú lo compares al visionado nocturno de una película en casa, en el sofá, a oscuras y abrazado a tu chica, o solo, con el gato en el regazo: ese momento en el que se encienden las bombillas y todo cobra otra dimensión. 

Me refiero a que leer Cult Movies. Películas para llevarse al Infierno es una experiencia próxima a la de disfrutar de unas cuantas obras de serie B en una de esas sesiones de programa doble en cines de periferia: uno se levanta de la butaca, sale a la calle y añora la calidez del interior y el cobijo de la oscuridad. Con este libro me ha sucedido lo mismo: concluí su lectura y me hubiera gustado que continuara. Me sentía a gusto entre sus páginas. 

Para quien aún no lo conozca, el leonés Vicente Muñoz Álvarez es ya un símbolo para muchos de nosotros, un gurú de las vanguardias del siglo XXI, capaz de sacar de las catacumbas del olvido a poetas y escritores y directores de cine a los que pocos recordaban, hábil para emprender proyectos instalados siempre en los márgenes de la cultura oficial, puntual en el rescate de autores españoles inéditos y artífice de algunas de las antologías de culto de los últimos años: 23 Pandoras: Poesía alternativa española, Golpes. Ficciones de la crueldad social (junto a Eloy Fernández Porta),Tripulantes. Nuevas aventuras de Vinalia Trippers (junto a David González), Resaca/Hank Over. Un homenaje a Charles Bukowski (junto a Patxi Irurzun), Vinalia Trippers. Plan 9 del Espacio Exterior (junto a Alfonso Xen Rabanal) o Beatitud. Visiones de la Beat Generation (junto a Ignacio Escuín).

Pero Vicente es todo eso y mucho más: autor de varios libros de relatos, de poemarios y de una novela que yo considero, de momento, la cumbre de su trayectoria (me refiero, por supuesto, a su libro El merodeador); y cicerone cultural que siempre tiene las puertas abiertas de la bitácora que coordina (el blog Hankover). Vicente no se arredra ante nada. Si un autor al que nadie conoce, que no ha publicado jamás, le envía sus textos y él los considera buenos, los postea sin ningún problema.

Por éstas y otras razones muchos lo encaramamos hace tiempo en un pedestal. Es una referencia indiscutible. Y ahora nos ha presentado este libro necesario. 

¿Por qué creo que este libro es necesario?

Porque hemos alcanzado un punto lamentable en el que las generaciones más jóvenes, pese a ser afortunadas porque gozan de un acceso ilimitado a archivos en avi o mp4 gracias a las nuevas tecnologías, sólo suelen bajarse de internet las películas de reciente estreno (lo último, lo más nuevo, lo in, lo que está de moda), mientras que, en los canales de televisión pública, prácticamente han dejado de programar ese cine clásico con el que, cuando Vicente y yo éramos unos niños, nos educaban cada noche de lunes o cada sobremesa de sábado. Para los muchachos de ahora, una cinta como Matrixya es arcaica, una gloria del pasado, un filme antiguo. De modo que esta apetitosa guía de VMA nos sirve (y espero que les sirva a ellos) como faro en las tinieblas de este mundo de datos tan ensordecedor, donde nos abruman con información y con películas a menudo olvidables, blandas e infames, que Hollywood cosecha con frecuencia y nos vende junto a su catálogo de perlas (porque Hollywood, pese a quien pese, sigue brindándonos las obras de los grandes: Martin Scorsese, Clint Eastwood, Woody Allen, Quentin Tarantino, etcétera).

Libros como éste se deberían aconsejar en los programas de estudios. Porque con el cine también se aprende. Nos motiva, despierta nuestras mentes y nos obliga a reflexionar. 

En las mismas fechas en las que leía Cult Moviesestuve enfrascado en la lectura de un libro titulado 500 Esential Cult Books. The Ultimate Guide (de Gina McKinnon, por ahora sin traducción en España), que compré en la sección anglosajona de una librería de Berlín. Con ambas guías no sólo he descubierto joyas ocultas del cine (en el caso de Vicente) y de la literatura (en el caso de McKinnon): también me he recreado en las obras que conocía. Ambos nos traen a la memoria títulos emblemáticos, y nuestra mente se refresca al recuperarlos. Placer y aprendizaje a la vez. Goce y descubrimiento a partes iguales. 

Vicente contagia su entusiasmo por el cine, ese entusiasmo que le lleva a confiar en proyectos a priori descabellados y ese entusiasmo con el que empuja y sostiene y difunde esos mismos proyectos cuando se han convertido en realidad. Ésa es una faceta que no debemos obviar.

En este libro hay numerosos ejemplos de algunas de mis películas favoritas de todos los tiempos, que Vicente recomienda con pasión cinéfila y fervor poético, y que me han servido para recordarlas y regodearme con sus escenas inolvidables: Días sin huella, La noche del cazador, Los amantes de Montparnasse, Sed de mal, Vidas rebeldes, La naranja mecánica, Punto límite: cero, La matanza de Texas, Quiero la cabeza de Alfredo García, Jo, qué noche, El hombre que pudo reinar, Taxi Driver, Henry. Retrato de un asesino, Inseparables, Reservoir Dogs, eXistenZ… 

El autor se aparta de la cultura oficial del mismo modo que la citada McKinnon: no es una lista de las películas habituales del canon oficial, ni de las más premiadas, sino que es propia de las filmotecas caseras y de los espectadores que no se atienen a lo establecido. VMA se deja llevar por su intuición y, entre líneas, aconseja al lector que haga lo mismo: que se guíe por su olfato y no por lo que estipule la crítica.

Además he hallado, aquí, ejemplos de películas que no he visto o de las que jamás había oído hablar: Los ojos sin rostro, Operazione paura, Ni el mar ni la arena, Una vela para el diablo, El asesino de muñecas, Encuentros con hombres notables, Calvarie, Entre vivos y muertos, Eden Lake… Lo que demuestra que Vicente es un gourmet de la serie B y un descubridor de rarezas con atracción por esos abismos malsanos en los que con frecuencia cae el hombre.

No olvido que, no obstante, le gustan algunas obras que exigen mucha paciencia del espectador, y un estómago a prueba de venenos (sobre gustos…). En concreto, de esta lista yo detesto dos de ellas o les tengo cierta manía: La gran comilona y Anticristo. En ninguno de esos casos el espectador permanecerá indiferente. Lo que Vicente Muñoz Álvarez recomienda siempre nos sacude y perturba. 

Mientras uno lee este libro absorbente, siente dos impulsos opuestos (dado que no puede satisfacerlos al mismo tiempo): seguir leyendo, fascinado por la sabiduría cinéfila del autor; y dejar el libro para ver esas películas que no conoce y revisar por enésima vez las que ya amaba.

Si, como espero, has concluido la lectura, es conveniente que vayas buscando estas gemas ocultas. Tarde o temprano se lo agradecerás al autor. 


José Ángel Barrueco, epílogo a Cult Movies: Películas para llevarse al infierno (LcLibros, 2013).

Edición ebook


domingo, 13 de octubre de 2013

POR UN PUÑADO DE DÓLARES


con los bártulos ya listos para comenzar las noches fuera, mi destierro anual, la furgo llena de maletas, las maletas llenas de muestras, zapatos y más zapatos por aquí y por allá y esta saudade profunda dentro de mi corazón, la mente inquieta, el sueño alterado, el alma encogida, ese mapa mental de lo que tengo que recorrer y aguantar hasta que termine la ruta, esa bola indigerible que se me atraganta en el pecho, disfrazado de hombre cuerdo por un puñado de dólares, ay, qué momentos más lánguidos antes de partir, la visión de los hoteles y clientes y tiendas y trastiendas y carreteras solitarias y cielos lluviosos ahí, clavada en mi cabeza, cómo va pasando el tiempo, cómo erosiona y qué cicatrices deja dentro de mí... y el caso es que lo intento, aparcar la poesía, el amor, el hogar, la escritura, contemporizar conmigo mismo, quitarle fuego al asunto... pero las maletas pesan lo indecible, los caminos que tengo que recorrer son tan largos, los problemas continuos, el papeleo insufrible, la burocracia absurda, los duplicados tediosos, esa nostalgia inmensa que se apodera de mí cada vez que tengo que abandonar mi casa para enfrentarme a babilonia y hacer acopio de víveres cara a la siguiente estación...

vamos
a por ello

me digo

no queda
otra

ya vendrán
mejores tiempos


v

EL DESCRÉDITO: Vicente Muñoz Álvarez.


sábado, 12 de octubre de 2013

CASINO


a veces

demasiadas

la desilusión
total

el desencanto
la náusea
el desengaño
la lucha

otras

pocas

en cambio

el embrujo
la magia
el sortilegio
la dicha

con esas
cartas
tienes
que sobrevivir

medita
bien
la partida


Vicente Muñoz Álvarez

EL DESCRÉDITO: Ya a la venta.

Ya a la venta

EL DESCRÉDITO
Viajes narrativos en torno a Louis-Ferdinand Céline

Selección y prólogos de Vicente Muñoz Álvarez y Julio César Álvarez

Puedes hacerte con uno en:


o en cualquier librería del país.

EL DESCRÉDITO: Book Trailer by Velpister.



Vicente Muñoz Álvarez y Julio César Álvarez se empeñaron en sacar adelante este libro difícil de encajar en editoriales corrientes, por motivos de sobra conocidos en torno a este escritor. Nos pidieron a una serie de autores un texto cuyo centro tendría que ser la figura de Céline. El requisito era un texto, ensayo o relato, cuya temática siempre llevase a hablar y a tener en cuenta al propio escritor. No un texto al estilo de, sino un texto repleto de citas y referencias, tanto a él como a sus libros. 

Después de mucho tiempo buscando editora, apareció Ricardo Moreno y su editorial Lupercalia. Sin duda una apuesta arriesgada y valiente.

Nos econtramos con tres artistas comprometidos, los dos primeros por reunir a los autores y mover un libro "maldito" sin caer en el desaliento y al tercero por aguantar todas las hostias que sin duda le llegarán al tener una editorial independiente y pequeña, llevada por él solo y que apuesta por títulos de una calidad incontestable. Por no hablar de las dificultades económicas que suponen un empeño semejante, apostando por autores desconocidos, apostando por poesía, por poesía, colegas, que ya se sabe que no dará ni un céntimo y apostando por textos difíciles de colocar en estanterías de grandes superficies y franquicias y libreras.Y una de las cosas que más me gustan de esta editorial y de otras del estilo, es su dedicación al mundo artístico underground, mundo del que formo parte y del que no tengo intención de salir.

Este tipo de artistas e intelectuales sostienen de una manera muy importante la cultura y el arte de este pobre y desgraciado país.

Así que gracias a los tres. 

Estoy convencido de que se publica un libro necesario.

Velpister

Pídelo en 


jueves, 10 de octubre de 2013

EL TIEMPO DE LOS ASESINOS: Edición Ebook.


Cada cierto tiempo asciende del infierno al purgatorio algún profeta, un visionario que embriaga con palabras, que escupe fuego y se desnuda y abrasa al mundo en sus pasiones, un ángel caído que recorre las calles con su pluma y hace de la tragedia humana una canción, un himno de vida y sentimiento que sublima en poesía nuestro absurdo.

Este ensayo es un rendido homenaje a estos pioneros, alquimistas del lenguaje que hicieron arte de sus vidas, rompiendo tabúes y abriendo nuevas vías de expresión, para demostrar que la literatura no es sólo un ejercicio de estilo y de retórica, un juego de señoritas, sino también, y básicamente, un arma de lucha y subversión.

V.M.A.

El tiempo de los asesinos 
(Semblanzas de algunos escritores malditos)

Vicente Muñoz Álvarez

Edición ebook

Longitud 60 páginas en Adobe Digital Editions

ISBN 978-84-15414-85-8 (epub)


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miércoles, 9 de octubre de 2013

EL REINO DE LOS CIELOS


los escritores
no somos

morcilla
embutido
carne para picar

no somos

mendigos
comerciantes
cinta para embalar

somos
poetas

testigos
de vuestro
tiempo

nuestro será

algún día

el reino
de los cielos


Vicente Muñoz Álvarez

GABINETE CALIGARI: Golpes.

GOLPES



golpes
golpes
golpes

y hematomas

en mi 
corazón

y aún así
sigo creciendo

me endurezco
me estimulo
me hago fuerte

dentro
de mí

como las hojas
que caen

pasan
los días


Vicente Muñoz Álvarez

martes, 8 de octubre de 2013

ROSAS MARCHITAS


hay una guerra
eso está claro

lo veo en la calle
estoy ahora ahí

(vendiendo zapatos)

muerden los perros
ya no hay bozales

españoles
por el mundo

rosas
marchitas

final
del fin


Vicente Muñoz Álvarez