Vicente Muñoz Álvarez:
“Ese amor propio es un salvavidas frente a la adversidad”
Manuel Carmona Rodríguez
Entre dos Aries anda el juego. El uno pregunta, el otro responde. ¡Es tan grato escuchar a Vicente Muñoz Álvarez!; poeta, novelista, ensayista, editor.
Él siempre está dispuesto a conversar, él siempre te atiende. Cuando se le reconozca por la oficialidad de las Letras y de los lectores de libros de cuyos nombres apenas nos acordaremos mañana; Rick´s Café o Le Pasquin podremos decir nosotros ya conocíamos a Vicente.
Nos citamos en mitad del camino. Sacamos agendas y mapas, y nos vemos para charlar acerca de Días de ruta (Ediciones Lupercalia), su penúltima criatura literaria o editorial. Porque conociendo a Vicente, aventuro a afirmaros, queridos lectores de Rick´s Café, que entre muestrario y muestrario de zapatos, ya asoma en su cabecita una nueva criatura.
Vicente Muñoz regala a los lectores de Rick´s Café un poema inédito…
¿Qué camino te enseñó tu padre?
A nivel personal, el de la constancia y la honestidad, dos de sus incuestionables virtudes. Y a nivel laboral, el oficio de representante de calzado, que me da de comer y me permite escribir durante largos períodos al año. Por eso este libro, Días de ruta, está dedicado a él.
Cada parte del libro está unida a una estación. ¿Qué simboliza cada una en tu vida cotidiana?
Así es: los ciclos de las estaciones tienen una relevancia especial en este libro, porque a ellos va unido mi trabajo como representante (Campañas de Otoño y de Primavera) y el oficio de la escritura (Cuadernos de Invierno y Verano), que son las dos líneas temáticas básicas sobre las que gira Días de ruta, y mi propia vida también.
¿Cómo vives la transición personal y en pareja de una estación a otra?
Las temporadas de trabajo, fuera de casa, fundamentalmente en la carretera, de ciudad en ciudad y de hotel en hotel, con la furgoneta y los muestrarios a cuestas. Y las de descanso, normalmente escribiendo o viajando, en mi casa y con mi pareja.
Un día, una noche, una cena, cambió tu vida emocional. Dos cuestiones, la primera, ¿cómo es esa experiencia casi mística?
Supongo que te refieres a mi poemario anterior, Animales Perdidos (Baile del sol, 2012), y en concreto al poema Mundo Extraño, donde hablo de cómo conocí a mi actual pareja. La experiencia es gratificante, desde luego, sobre todo después de una ruptura dolorosa y varios años de introspección. Aunque me gusta la soledad, me siento, si la relación es buena, mejor en pareja.
La segunda, ¿qué aporta a la pareja compartir vocaciones y proyectos artísticos?
En mi caso, el complementarse y trabajar en proyectos comunes, algo básico para crear vínculos y estrechar lazos.
En un poema de tres versos, un haiku, vemos como el mundo laboral y social oprime al caminante que representa calzados. ¿Qué catarsis ofrece el verso, la escritura?
Para mí la escritura siempre ha sido eso, una catarsis, un modo de exorcizar y expulsar mis fantasmas y miedos, la náusea y la angustia, además, por supuesto, de un modo de expresarme y estar en la tierra.
En esas noches de ruta fría, qué refugio ofrecen el recuerdo de la pareja en la distancia, el calor del hogar o la cercanía de la perra.
Es lo que uno tiene en esas noches de ruta: el recuerdo, la añoranza y la melancolía... además de cientos de duplicados, balances y cuentas en el maletín...
Con sinceridad, qué esperanza ves en la derrota de los espíritus hobbesianos.
Nuestro último reducto, lo que nadie nos puede arrebatar.
Cómo ha evolucionado tu voz poética como recurso catártico desde tus inicios hasta este nuevo libro.
Como antes comentaba, para mí, en mayor o menor medida, la escritura siempre ha sido terapia y catarsis. Básicamente soy un escritor autobiográfico, sobre todo en poesía, que escribe con las entrañas y se basa en su propia experiencia. Ya en mi primer poemario, Canciones de la gran deriva (1999), recientemente reeditado por Origami, utilizaba ese recurso, y lo he seguido haciendo hasta hoy, con mis aciertos y errores, pero siempre fiel a esa línea poética.
Cuando se encuentra y se comparte el amor en pareja, ¿qué ofrece a la vida y qué lugar ocupa en ella?
Compañía, reciprocidad, complicidad, ilusiones y proyectos comunes...
Cómo es ese amor propio y compartido que te moviliza a levantarte frente a las adversidades.
Soy Aries, el niño que se tropieza y cae y levanta una y otra vez, y ese amor propio es un salvavidas frente a la adversidad...
¿Qué has encontrado en la poesía hecha haiku?
Sencillez y profundidad al mismo tiempo. Y sobre todo, concisión, que en poesía especialmente, a mi juicio, es una importante virtud.
Cómo te lanzaste a escribir esos poemas, por ejemplo, Concienciación, en los que mezclas verso y prosa poética –microrrelato-.
Nunca me han importado demasiado los géneros, no soy un escritor purista, sino todo lo contrario, siempre he apostado por la hibridación y el mestizaje. En Días de ruta, en efecto, poesía y prosa van de la mano, fusionadas en múltiples ocasiones en el mismo texto. En función de qué lenguaje me pedía cada fragmento y ocasión, he procedido.
Qué ventaja aporta ser testigo en vez de un ser atrapado a la razón lógica.
Poder ver las cosas, tu propia vida y cabeza y sentimientos, desde fuera, como un espectador, para no ser dominado por las circunstancias. Una lección que aprendí de los budistas y el tantra, y que intento tener siempre presente, aunque casi nunca, por desgracia, lo consiga...
Qué efecto tiene la lluvia sobre los grandes poetas.
En mi caso, el de fuente de inspiración, normalmente melancólica y triste, pero inspiración al fin y al cabo. Igual que el sol produce, también normalmente, el efecto contrario. Como señalaba antes, en este libro más que en ningún otro mío, los ciclos del tiempo y las estaciones tienen una relevancia especial y están directamente relacionados con los estados de ánimos que describo.
Anímate a escribir a los lectores de Rick´s Café unos versos a tus zapatos desgastados por la ruta comercial.
Me animo: ahí va un poema inédito escrito en la ruta:
CRISIS
lo peor
de los días de ruta
sin duda
las noches
de insomnio
pese
a los somníferos
los desvelos
los zapatos
las pesadillas
la crisis
rugiendo
como una bestia herida
dentro de mí
Dos preguntas interrelacionadas. La primera, ¿en qué ciclo de la vida se halla el poeta?
Digamos que en un ciclo de creación y autoexploración. El paso del tiempo me está dando nuevas perspectivas y puntos de vista para analizar mi vida y escribir sobre cosas que antes no lograba plasmar al papel. Y en ello precisamente estoy.
La segunda, qué balance haces de lo vivido.
De momento, ha merecido la pena: he amado y sido amado, lo más importante, y he escrito un puñado de libros que reflejan mi deriva y mi lucha: con eso me doy por satisfecho.
Sobre qué te gustaría hablar que no hayamos hablado.
Agradecer a Gsús Bonilla el esclarecedor prólogo que abre el libro, a Julia D Velázquez la fantástica portada, como anillo al dedo para la ocasión, a David González la corrección, y a Ricardo Morena, el editor, su apuesta.
Y por supuesto, una vez más, a Rick's Café el cederme su espacio.
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