martes, 19 de junio de 2012

TEDIO



Sentado en la habitación
mientras afuera se oyen ruidos.
La amarillenta luz del flexo
me ilumina la cabeza,
las manos y el ombligo,
pero no llega a mis pies.
Mis pies están ahí quietos,
en la oscuridad,
como setas pálidas
pudriéndose en la bruma.
Todo sigue igual
mientras afuera se oyen ruidos:
libros, incienso,
literatura impublicable,
sonido de tic tac.
Dicen que las flores
tienen sentimientos,
pero yo las veo
marchitarse en el jarrón.
Me asomo a la ventana:
cuatro niños golpean
la trapa de un local
y a lo lejos ladra un perro.
De regreso a mi cuarto
pienso que lo peor de crecer
es no poder contar más años
con los dedos.

Vicente Muñoz Álvarez, de Canciones de la gran deriva (Ateneo Obrero de Gijón, 1999).


Photo by Jul

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