debería haber aprendido ya a convivir con ellas, cosas lógicas de la edad, pero me temo que aún no lo he conseguido... como las parejas dependientes y mal avenidas, no nos llevamos bien, las dudas y yo, pero al parecer no logro vivir sin ellas tampoco... ahí están hoy como ayer y seguramente que como mañana también, y gravitan sobre todas mis decisiones una y otra vez... a cada paso que doy, en cada desvío que tomo y en cada nueva reencarnación, siempre las dudas... si lo estaré haciendo bien o mal, si esa será la dirección adecuada, si daré o no la talla o si a o b o x o z, lo mismo me da... como caminar al borde de un precipicio siempre, con toda la inestabilidad y el vértigo que ello implica, están ahí, las dudas, y condicionan todos mis actos... pero me río (por no llorar) de ellas e intento navegar con lo que poco que tengo, brújulas averiadas, abolladuras y remiendos, a ver ahora a dónde me quieren llevar...
Vicente Muñoz Álvarez
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