pero también de mí me río, que la autocrítica no falte nunca, por supuesto, de la risa que a mí mismo me doy... me doy la risa, perro sin bozal de la lluvia, mis lágrimas y mis aullidos me dan la risa, me da la risa no entender este mundo podrido y ladrarle a todo, es la verdad... una risa descontrolada y absurda, puede ser, calavera no llora ni tiene corazón, pero al menos me río... leo mis textos y me río, salgo a vender zapatos con el disfraz de hombre cuerdo y me río, todo es surrealista en mi vida y de casi todo me río, conjuras de los necios y risas dislocadas al poder... que estoy muy delicado y sensible últimamente, cierto, pero precísamente de eso, cuando no lloro, me río... reír y llorar, llorar y reír, yin y yang y yang y yin, de eso me río... porque somos perecederos y todos vamos a morir, hagamos lo que hagamos todos vamos a morir, de eso me río... calavera no llora, claro, porque le falte una patita de atrás... y puede que también el hígado y los pulmones y el corazón, qué se yo, pero también de eso, como de casi todo, me río... que lo que escribo es siempre triste (me dice mi madre cada vez que lee un libro mío), es la verdad, porque no sé por qué eso es lo que para escribir más me motiva, pero que me río de todo, de ti y de mí y de nosotros y de vosotros también, no es tampoco menos verdad... sólo quería dejar, hoy, constancia de eso...
Vicente Muñoz Álvarez
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