es la consigna, me digo, ni un paso atrás, y sin embargo tiemblan al son de los tambores marciales mis piernas escuchando los sables del enemigo cortando el aire a mi alrededor... me tiemblan las piernas al caminar empecinadamente contra viento y marea hacia el frente, y en cambio me reconfortan los buenos latidos, tantos camarotes y nidos y gemidos aquí y allá... como esas pasarelas hacia el océano y los tiburones por las que los piratas hacían caminar a sus prisioneros, el futuro, y como un cálido refugio el pasado al que jamás podré regresar... pero ni un paso atrás, me digo, no mires atrás y camina sólo, aunque sea temblando, hacia el frente... no quiero mirar hacia atrás, porque el pasado me inunda de saudade los ojos y el corazón, y camino por la cuerda floja hacia el frente manteniendo a duras penas el equilibrio... pero lo que veo en la línea del horizonte me inquieta y vuelvo una y otra vez como terapia hacia atrás, y eso es justamente lo que no debo hacer... qué ha pasado, me pregunto, qué sendero equivocado tomé, dónde perdí el rumbo y qué me espera en la dirección que no tomo (que diría el viejo Kerouac), no lo sé, pero me he propuesto caminar sólo hacia el frente, me lleve a donde me lleve el camino...
Vicente Muñoz Álvarez
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