domingo, 29 de noviembre de 2009

LA NOCHE DEL CAZADOR


Otra de las perlas más negras e inquietantes de la historia del cine, La noche del cazador (1955), de Charles Laughton, sigue sorprendiendo y arrebatándonos con su malsana belleza medio siglo después de ser filmada.

Basada en la magnífica novela de David Grubb del mismo título (que, asimismo, os recomiendo encarecidamente), mezcla de diversos estilos y géneros, cargada de guiños y símbolos, esta fascinante película no podía faltar en mi lista de cult movies imprescindibles.

Robert Mitchum interpreta el papel de su vida, un predicador demonizado persiguiendo por la América más profunda y arquetípica a dos niños perdidos, portadores inocentes del botín de un robo, que encuentran finalmente refugio en el hogar de una maternal dama sureña...

Un alucinante cuento de hadas para adultos, gótico y sombrío, perfecto en el ritmo, en la fotografía, en la caracterización de los personajes y en el desarrollo y desenlace de la acción, que mejora con los años como los vinos de las cepas más viejas.

Secuencias como la de Shelley Winters en el fondo del río con sus cabellos meciéndose en la corriente, o la del forcejeo entre las manos enfrentadas de Mitchum con los dedos tatuados de love & hate (que podéis videar en pantalla), hipnotizan y se graban para siempre en el subconsciente.

Bellísima, ominosa y maldita (fue la única película que dirigió Laugthon, ninguneada y menosprecida en su día por la crítica), y una recomendación ideal para este domingo lluvioso en la tierra.

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