La Revista Leer incluye en su último número un extenso dossier sobre la Beat Generation, con algunos fragmentos de una entrevista que en su día nos hizo Maica R sobre la antología Beatitud.
Por motivos de espacio, solamente apareció en dicho dossier un breve extracto de la misma.
A continuación, en primicia, todas las preguntas que en su día me hicieron:
¿Cómo surgió el proyecto de la antología Beatitud?
Nacho y yo llevábamos mucho tiempo dándole vueltas al tema, más o menos desde las presentaciones de la antología Tripulantes (Eclipsados, 2007), donde coincidimos como editor y antólogo respectivamente. Durante las mismas, que nos llevaron a recorrer on the road media España juntos, hablamos varias veces de la influencia de los beat en nuestra literatura, la de su generación (nacidos alrededor de los 80) y la mía (nacidos en los 60 y 70), y decidimos hacer una antología-homenaje que reconociera nuestra deuda con ellos. Desde entonces hemos estado perfilando y dando forma a este libro, hasta sacar adelante el proyecto y tenerlo en las manos.
¿Por qué se eligió el concepto beat de "Beatitud" para el título? ¿Cómo define ese concepto?
Creo que ese título es plenamente representativo tanto de los beat como de este libro en particular. Ellos solían utilizarlo, por su afinidad con el budismo y la filosofía oriental, para definir un estado de meditación e iluminación creativa. Nosotros lo hemos utilizado para definir un estado de afinidad estética y existencial con el movimiento.
¿Por qué cree que la lectura de la Generación Beat está especialmente recomendada para veinteañeros?
Efectivamente, en el prólogo afirmo que esa es, a mi juicio, la edad perfecta para leer a los beat. Cualquier edad en el fondo lo es, porque es un movimiento trascendental y básico para comprender el desarrollo posterior de la literatura y contracultura del siglo XX, pero esa edad en concreto es desde mi punto de vista la más adecuada para acceder a su obra, si se quiere entender a su debido tiempo y con el corazón y las vísceras (más que con la cabeza) el mensaje inconformista y revolucionario de su filosofía. A esa edad, entre los veinte y los treinta, es cuando más rebeldes e inconformistas nos sentimos, cuando más intentamos comprender y cambiar el mundo y hallar respuesta a todo. Eso es, en esencia, lo que hicieron los beat en su vida y sus libros. Y entiendo que ese mensaje se capta con más intensidad a los veinte que, por ejemplo, a los catorce o a los cicuenta, todo ello sin menoscabo alguno del valor intrínseco de su literatura.
¿Qué parte de la filosofía beat cree es la que cala más hondo en los jóvenes de todas las generaciones posteriores?
La de la evasión de lo prosaico mediante movimiento, por un lado, una especie de mística del viaje y terapia de la carretera, y la de la oposición a la mecanización de las almas que conlleva el sistema consumista de las sociedades capitalistas modernas.
¿Cómo cree que los beats han influenciado más específicamente a los jóvenes narradores de generaciones posteriores?
Liberándoles de ataduras formales y estéticas y alentándoles a transcribir el flujo de conciencia espontáneo, sin estar mediatizados por el canon y la tradición.
¿Cómo valoraría la influencia de la Generación Beat en España? ¿Y sobre los autores de la antología?
Es cada vez más manifiesta y notable, sobre todo desde la traducción, estos últimos años, de gran parte de su obra al castellano. Mediante citas de sus libros, dedicatorias y recreacciones de atmósferas beat, etc. Todo ello es, lógicamente, aún más apreciable en la obra de los autores de Beatitud, que reconocen abiertamente y sin complejos su deuda con la literatura beat.
¿Cuál es su opinión sobre En la carretera de Kerouac y sobre Aullido de Allen Ginsberg?
Dos libros imprescindibles del siglo XX, cada uno en su línea y estilo. On the road, una biblia del movimiento y la carretera, de la búsqueda de identidad y sentido a la vida y el mundo, y Howl, uno de los más estremecedores e hipnóticos poemas de la literatura norteamericana de todos los tiempos.
¿Cuál es el principal punto de seducción narrativa de la Generación Beat?
La emotividad, la no linealidad y el flujo de conciencia espontánea, que permite narrar de una forma más flexible y dinámica, sin límites ni ataduras de ningún tipo. Di todo lo que tengas que decir, lo que te pase por la imaginación, no te contengas, no analices... Son palabras de Kerouac, de lo más alentadoras y significativas para cualquier escritor.
¿Cree que la mitificación de la Generación Beat puede desvirtuar la valoración de su herencia literaria?
Tal vez sí, como sucede a largo plazo con todos los mitos. Depende, no obstante, de cada lector en concreto, de su lectura y compresión de sus libros, el mensaje y valor que extraiga de ellos. Pero eso, opino, no puede restar importancia a su obra y legado.
¿Cuáles son las afinidades y cuáles las diferencias en la visión que cada generación (60 y 80) tiene de los beats y que os han sido reveladas tras la elaboración de la antología?
En realidad no son demasiadas. Como afirma Nacho Escuín en su prólogo, su generación ha conocido a los beat por la nuestra, por nuestros comentarios, recomendaciones y citas, etc. Digamos que nosotros, por la cercanía temporal, bebimos directamente de la fuente y ellos lo han hecho a través de nuestros libros, sin que eso suponga en absoluto que su enfoque no sea igual de válido y puro. Quizás mi generación aluda más en sus textos a referentes culturales como el jazz y el rock progresivo o el budismo, básicamente, mientras que la de Nacho haya trasladado su atención al rock radical y urbano, al techno y al pop, a la blogsfera y al cine, etc. Pero sólo son diferentes miradas al contexto y entorno que unos y otros hemos vivido, centradas en cualquier caso y con idéntica pasión en el fenómeno beat. Por lo demás, no sería fácilmente reconocible la autoría de unos y otros textos en el caso de que no fueran firmados, lo que les otorga a todos, sin duda, el mismo valor literario y testimonial.
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