lunes, 21 de mayo de 2018

EL CENTAURO



De Vicente Muñoz Álvarez (León, 1966) no hay quien sepa si es más poeta que narrador o más narrador que poeta. Ambos géneros (si es que este término tiene algún sentido en su obra) los ha practicado a su manera. Yo personalmente prefiero en él la poesía que sabe deslizar en su prosa. De su libro ilustrado«Marginales», aquí tenéis una genialidad: «El centauro».

Profesor Lílemus

EL CENTAURO

Escuchamos en la lejanía un rumor sordo y creciente, el trueno de una doble tempestad, y en el horizonte una nube de polvo hinchada precedió la llegada de los invasores del allende. Cayeron sobre nosotros como el viento, sembrando en nuestras filas el terror con largos cuchillos refulgentes y báculos de fuego que herían desde la distancia. Pero, aún más que sus ingenios, asombraba la fisonomía de sus cuerpos, fusión de hombre y bestia en un solo perfil. Su aspecto era fiero y espantoso: lo que parecía ser un hombre demediado se enfundaba en una carcasa rutilante y cegadora sobre la que rebotaban nuestras lanzas. Su cara apenas era discernible, oculta como estaba en una profusa mata de pelo desgreñado. El término de su espalda se fundía con la grupa de la bestia, de enorme vientre y ojos destellantes. Era ágil y fuerte, y la vimos varias veces saltando sobre nuestras cabezas impulsada por sus patas delanteras. Aturdidos por su magia y conscientes de su poder, nos postramos frente a ellos sin ofrecer apenas resistencia, prestos a idolatrarles como a dioses. Y entonces sucedió el mayor de los prodigios. Uno de ellos se acercó hasta nuestro grupo y ante nuestra mirada se escindió en dos partes sin esfuerzo, quedando bestia y hombre separados y aumentando así nuestro pavor. Su vez era ronca y cavernosa. Su nombre, Hernán Cortés.


Vicente Muñoz Álvarez, de Marginales 
(Eje Ediciones, 2008. Ilustraciones de Mik Baro)


No hay comentarios:

Publicar un comentario