zapatos y hongos sin tregua estos días, hasta el punto de soñar ya con ellos, zapatos voladores, como nubes pasajeras, y hermosos boletus en el bosque de mi ensoñación... durante la vigilia zapatos y en los descansos boletus, y setas y zapatos también en mis sueños, hongos de poder bajo la hojarasca de la cama y zapatos con alas en el cielo de mi imaginación... así pasan estos días intensos de ruta, al volante de mi nave con el disfraz de hombre cuerdo y la cabeza en cien lugares distintos, playas remotas y selvas exóticas, creando universos paralelos y repitiéndome una y otra vez el mantra mágico de mi padre: que nada te turbe, que nada te turbe, como terapia de autoconservación...
Vicente Muñoz Álvarez
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