martes, 13 de octubre de 2009

ANIMALES PERDIDOS


para N y R

No eran buenos tiempos.

Me acababa de separar de mi mujer
y había tenido que dejar mi casa en el campo
y alquilar un apartamento
en el extrarradio de la gran ciudad.
Escribía fumaba bebía
y de vez en cuando lloraba
al contemplar asomado a la ventana
la desolación del paisaje:
los bloques inhóspitos de hormigón en la niebla
el cansancio en los ojos de los transeúntes
y el tráfico ensordecedor de la gran avenida.

Por primera vez en 40 años
me encontraba solo en la tierra.

R, la vecina del 6º,
adoptaba animales perdidos.
Se había quedado viuda hacía 2 años
y recogía por la calle
perros vagabundos y enfermos.
Uno de ellos, N, carecía de extremidades
y estaba inmovilizado y ciego.
R le había construido
una especie de cuna acolchada
y le daba en ella de comer con los dedos.
Algunas noches N, agitado en sus sueños,
se caía de su lecho e,
incapacitado para cualquier movimiento,
aullaba desesperadamente
hasta que R se levantaba
y le volvía a colocar en la cesta.
Yo le escuchaba desde la soledad
de mi cuarto oscuro
y su aullido me desgarraba por dentro:
aquel sollozo infinito y lánguido y triste.
Tumbado en la cama,
incapaz de dormir,
fumaba un cigarro tras otro
y añoraba el norte perdido,
el calor y el rumbo perdido,
naufragando una y otra vez
en los mismos recuerdos.

No eran buenos tiempos:

nada me satisfacía llenaba
todo me estremecía
todo me hacía llorar.

Por primera vez en 40 años
me encontraba perdido en la tierra.

Y me gustara o no,

tarde o temprano,

también solo debería reanudar el camino.


Vicente Muñoz Álvarez, del poemario inédito Animales Perdidos.

Fotomontaje by Jul.

3 comentarios:

  1. Joder vicente, es que escribes la poesía y la sientes como a mi me gusta. un fuerte abrazo tío y salud.

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  2. ¿Puedo decir que este me parece uno de tus mejores poemas? Si no puedo, pues no lo digo. No problem. Jajaja.
    Abrazos, Vicente, que tú lo vales.

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  3. me encanta este poema, ese poemario lo quiero.
    Ánimo querido amigo (por lo de la carretera. grrrrr, etc.).
    Piensa que cada vez que leemos o releemos un poema o cuento o lo que carallo sea tuyo, te mandamos energía.

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