"la esencia de la poesía
es una mezcla de insensatez y látigo"
Charles Bukowski
Como decía el gran Hank, lo más importante es saber atravesar el fuego, y Vicente Muñoz Álvarez ha demostrado que sabe cómo hacerlo. Un salvaje y eterno on the road y un privado Ave Fénix, y por eso su poesía cada vez se afila más, se entrega más cruda, se desnuda más su corazón, porque Vicente, el poeta bonzo -o mejor dicho, poeta bomba, como le decía a David González- se eleva más sabio, más descreído que nunca y más puro y libre, sigue renaciendo. Después de Gas, su primera antología que abarcaba su travesía -lo siento, pero siempre serás el Capitán de la nave- desde 1999 al 2016, llega esta ofrenda de versos -abarcando nueve años más de poesía- que él mismo extrae con embriagada precisión cirujana de ocho de sus poemarios más uno inédito donde prendernos sin fin, Hombre de mimbre.
«¡Carne para tocar… carne para quemar!
¡No tengas al hombre de paja esperando!»
Vicente arde, pero no se quema. Sigue apabullando con su enorme conocimiento y amor lisérgico por esa serie B, (¡la fílmica y la de nuestras vidas, porque sí, somos bajo presupuesto, pero alta poesía!), por ese infinito viaje a lo hondo, ese imaginario tan suyo donde el terror se hace poesía y la poesía metáfora de ese mundo que nos devora y busca aniquilarnos. Los dos mundos, los dos lados del espejo, casi 600 páginas de cantos paganos que aúllan lucidez, cultura y rabia.
Vicente, a lo Lynch, camina con el fuego, mientras el mundo ahí fuera sigue ladrando.
PHALLOIDES
los que pagan
las bombas
los que fabrican
las bombas
los que arrojan
las bombas
y sobre los que caen
las bombas
la historia se repite
las vidas
y los corazones no
Hombre de mimbre. Antología poética (1999-2025)
Vicente Muñoz Álvarez
En tu librería habitual o en la web de la Editorial Páramo:
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