lunes, 17 de febrero de 2025

ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL INFIERNO



Si os gustan las películas de aventuras esotéricas, alquimia y búsquedas arqueológicas en la línea de Indiana Jones, disfrutaréis de lo lindo con este sugerente film, Así en la tierra como en el infierno (As above, so below, 2014), de John Erick Dowdle, un vertiginoso descenso (nunca mejor dicho) al fin de la noche, que os mantendrá clavados frente a la pantalla con los ojos como platos de principio a fin.

No hagáis caso a las críticas negativas que ha cosechado, porque, os lo aseguro, digan lo que digan, merece la pena. O al menos eso me parece a mí, que la he visto ya dos veces, una en su estreno y otra hace unos días, y he disfrutado ambas como un enano. No es, ni mucho menos, una obra maestra, pero sí una película muy entretenida, ideal para descongestionarse de empachos existencialistas y videar acurrucado en el sofá algún anochecer tormentoso.

El argumento es sencillo: siguiendo la pista del alquimista Nicolás Flamel, un grupo de investigadores se adentra en las laberínticas catacumbas de París buscando la Piedra Filosofal y padeciendo un calvario de pruebas y contratiempos, que les conduce al corazón mismo de las tinieblas.

Solo por el lugar donde está rodada, las tenebrosas y escalofriantes catacumbas de París (yo las he visitado y, ciertamente, ponen los pelos de punta), merece la pena verla. Pero también por lo sorprendente de su guion y giros argumentales, su tétrica y macabra atmósfera, y lo impactante de su desenlace, realmente logrado.

“Como es arriba, es abajo” es el lema filosófico-esotérico sobre el que se basa la película (solo hay que ver el cartel, con la Torre Eiffel invertida, para comprobarlo) y el viaje iniciático que realizan los protagonistas a lo largo de las claustrofóbicas catacumbas de París, con sus seis millones de muertos custodios.

Muy recomendable.

Vicente Muñoz Álvarez

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