lunes, 4 de julio de 2022

TRIPULACIÓN CCAN

 

Tendría unos catorce o quince años cuando pisé por primera vez el CCAN, una buhardilla libertaria y psicotrónica ubicada en el casco viejo de León, absolutamente alternativa a lo que entonces se estaba cociendo en el resto de la ciudad: músicos, poetas, pintores, actores, fotógrafos, dibujantes, una maravillosa y espontánea mezcla de gentes y tribus urbanas, todos unidos al son de la misma música y compás... Durante varias décadas fue mi segunda casa y refugio, el lugar donde acudir en las gélidas noches de invierno (quizás, pienso, la esencia de todo fuera aquella vieja estufa de leña que los socios alimentábamos, el verdadero corazón de la nave, como un faro en la niebla, siempre encendida), buscar cobijo en las tormentas, donde encontrar siempre un amigo, escribir y leer, dialogar, fumar y amar, una lente de diamante, en suma, para todos los creadores leoneses... Daba igual quién estuviera al frente (sobre todo Zulima: no te olvidamos), las consignas eran las mismas: Pura Vida & Libertad... Qué fascinante lugar, el CCAN, cientos de conciertos y presentaciones de libros, proyecciones de películas, conversaciones marcianas y noches inolvidables, exposiciones, conferencias y fiestas de todo género y tipo.... Un interminable recorrido por la escena subterránea y contracultural leonesa, que salvó a muchos náufragos de la monotonía gris y asfixiante de esta ciudad... Vinalia Trippers se gestó entre las paredes de esta legendaria buhardilla, y allí creció número a número, alentada por toda la tripulación de simpatizantes y socios... En realidad, ahora que escribo esta palabra, pienso que eso fue metafóricamente el CCAN: una gran nave libertaria y una tripulación alternativa y siempre contracorriente frente a lo establecido. Mi vida e identidad no serían lo que ahora son sin este Club.

Vicente Muñoz Álvarez


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