martes, 9 de junio de 2020

BOSQUE DE LA ENTROPÍA



parece que está pasando o remitiendo al fin lo que ha sucedido y nos han hecho, tanta sinrazón y dominio, que todo vuelve a cierta normalidad, pienso, o será quizás mi cabecita loca, que en el fondo del bosque de mi entropía comienza a reaccionar otra vez, no lo sé, pero es como una cierta resurrección y emoción colectiva, el placer, como diría D'Annunzio, de la convalecencia de nuevo... parece que quizás sí o deberíamos de y tendría que, son las conjugaciones ahora del verbo, con lo que se alimenta el convalenciente tras una larga enfermedad: como Carmilla o Des Esseintes o Roquentin o Sperelli y tantos otros que en el mundo volátil de la imaginación han sido, parece que comenzamos a levantarnos lentamente de nosotros de nuevo, yo de mí y vosotros de vosotros, perezosa y dulcemente a la vez, tras el naufragio y los destrozos de tantas tormentas... y seguro que al menos en mi caso todo venga una vez más condicionado por la literatura, espejo y reflejo, don y maldición, esa doble vida y personalidad, para bien y para mal motor de mi mundo... tendríamos que, deberíamos de, parece que, ese acoso implacable de los condicionales que tanto nos mediatizan, al fin vuelven las sensaciones: la piel suave de mi amor que me motiva de nuevo, los paseos en bici al amanecer o el estar en armonía con la tierra y el cielo: que escriba estas líneas y se las dedique a ella y a vosotros, después del diluvio, es buena prueba de ello...

Vicente Muñoz Álvarez

photo by Marlus Leon

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