viernes, 28 de octubre de 2011

FRIALDAD DE LAS NOCHES DE HOTEL


otra semana de calzado para el recuerdo que dejo atrás, esta vez en valladolid, tráfico, atascos, lluvia, zapatos, sandalias, tiendas, zapatillas, y la frialdad de las noches de hotel, el extrañamiento, la despersonalización, la soledad, la deriva, las camas vacías, los sueños rotos, los desvelos, los somníferos, los amaceres gristes, las duchas rápidas, la maleta, el despertador, el neceser, y los cafés, los bares, los servicios de los bares, los menús baratos, los restaurantes, la televisión de los restaurantes, las noticias a la hora de comer, el cataclismo, la crisis, la corrupción, el linchamiento de gadafi de postre, el olor a comida en la ropa, y los clientes, los pedidos, las muestras, los duplicados, los impagos, los desplantes, los problemas, y los aparcamientos, la zona azul, los pasos de cebra, los tickets de la hora, los polis, la grúa, las prisas, los retrasos, los nervios, el estrés, y el mantra mágico de mi padre en la cabeza: que nada me turbe que nada me turbe que nada me turbe... así van pasando los días...

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2 comentarios:

  1. Tengo un libro que se titula No tengo nada que decirte o Beatriz griste...me gusta la palabra, me gusta como lo cuentas y te mando un gran abrazo....de verdad de la buena. salud

    Zapi

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  2. Arañando joyitas del agobio, sacando perlas de lo malo... ese es el camino, sin duda.

    Un abrazo y mucha fuerza.

    pd. Me ha gustado tu mantra, el mío es: no pasa nada, no pasa nada...

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