Una estación de ferrocarril abandonada.
Una torre aislada bajo un cielo plomizo.
Una procesión de hormigas negras.
Pedazos de uralita por el suelo.
Bidones de aceite echando humo.
Una sábana raída sobre un cable de luz.
El sillón de un coche calcinado.
Botellas, mantas, jeringuillas y cajas de medicamentos.
Un viejo colchón con manchas rojas.
Un espejo roto en la pared.
Un borracho con un perro a su lado.
Un graffiti que dice:
JESÚS ES EL CAMINO
Vicente Muñoz Álvarez, de Canciones de la Gran Deriva (Ateneo Obrero de Gijón, 1999).
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Photo by Elisa M.
GRANDISIMO VIC.
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ResponderEliminarUn abrazo.