bálsamo y cura, como siempre, las setas y el bosque con mi hermano Andrés... justo al terminar la ruta, cuando ya no cabe más en mí y cerrando definitivamente mi círculo, las setas con mi compay Andrés... y es como llegar a otro planeta, el bosque, sus laberintos de musgo y de roca, como otra galaxia, su olor, su color, su sincrética realidad aparte y lo que brota misteriosamente de él, homúnculos, su carne, la mía al terminar la ruta, el sustrato, las setas (hoy cantharellus tubaeformis) y los líquenes y ramas y hojas caídas y el ocre místico y revelador... como otro universo y planeta, el bosque, bálsamo y cura, y una terapia que no falla, mi compay Andrés, más de un cuarto de siglo recorriendo veredas juntos, mi Neal Cassady particular... y la Wendy delante, incombustible, brújula y norte, marcando el camino...
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