sábado, 31 de mayo de 2014

HOY en el MUSAC


NOMBRANDO EL PORVENIR

La encrucijada

4ª JORNADA: Sábado 31 de Mayo

Lecturas: “Escrito en el margen: dos poéticas transgresoras“. 
Con David González y Carlos Salcedo
19:00 h. Salón de actos



Lecturas: Los planos de la demolición
Ana Curra y César Scappa leen la poesía de El Ángel
20:00 h. Pabellón de talleres. Sala 6


Bares Soñados / Poemas Perdidos IV. “Vinalia". 
Con Silvia D. Chica, Abel Aparicio, Xen Rabanal y Vicente Muñoz
Música: José Luis Pajares “Pájaro”
Imágenes: Julia D. Velázquez
21:30 h. Patio de Cine


Os Esperamos

viernes, 30 de mayo de 2014

GESTOS (Live in Musac 2)


lenguajes rostros
distintas miradas

pero un mismo
código morse

poesía

saliendo
del corazón

quedan
los gestos


Vicente Muñoz Álvarez

photo by Felipe Zapico

jueves, 29 de mayo de 2014

LECTURAS (Live in Musac 1)


son estos

en parte

los días que dan 
sentido a todo

soledad tedio
angustia desolación

frente al folio
en blanco vacío

sentirse acompañado
en este viaje

sin armas

nuestra insurrección


Vicente Muñoz Álvarez
de Días de ruta
(Lupercalia, 2014)

photo by Andrés Edo

live in Musac 2014

miércoles, 28 de mayo de 2014

martes, 27 de mayo de 2014

FACE (or no face)


pon  buena cara me digo
aunque la manzana esté podrida
aunque la procesión vaya por dentro 
minimiza sonríe pienso

que al menos quede la sonrisa
que no se me avinagre el gesto

lo demás
es pasajero

me repito

pese a las conjuras
de los necios 


Vicente Muñoz Álvarez

photo by Julia D Velázquez

NOMBRANDO EL PORVENIR: La encrucijada.


Diario de León 26/05/2014

Entre el miércoles 28 de mayo y el domingo 1 de junio tendrá lugar en el Musac el ciclo La encrucijada, broche final del proyecto en torno a la poesía Nombrando el porvenir, que viene desarrollándose desde el 21 de marzo. Durante cinco días, el museo acogerá una apretada agenda de charlas, lecturas e intervenciones de poesía y artes escénicas, así como ‘jams’ de poesía, música y fotografía.

La encrucijada comienza este miércoles a las 20.00 con una charla-debate a cargo del comunicador radiofónico Javier Gallego, responsable del mítico programa Carne cruda. El periodista será el encargado de abrir el ciclo con una intervención sobre la poesía como arma para enfrentarse a los tiempos crudos en que nos ha tocado vivir. Tras su intervención, se abrirá un coloquio distendido con el público asistente.

El jueves, viernes y sábado a las 19.00 horas abrirán cada jornada una serie de lecturas ‘convencionales’ de poesía a cargo poetas locales y foráneos como Karlotti, Aldo Sanz, Tomás Sánchez-Santiago, David González o Carlos Salcedo. Entre el jueves y el domingo, según informó el museo leonés, tendrá lugar diariamente en el pabellón de talleres una intervención en la que podrán encontrar diversas fusiones poético-artísticas: bailarines, actores y artistas plásticos compartiendo espacio de creación con poetas leoneses. Intervendrán en esta propuesta Toma de tierra, Dandylady y Ana Curra, y cerrará el ciclo el cuarteto de improvisadores Sin Red + Alexplay Liquid Light Show, el domingo a las 13.00.

Además, entre el miércoles y el sábado a partir de las 21.30 horas, los poetas rendirán homenaje a sus Bares soñados en el patio de cine del museo, unas particulares ‘jams’ poéticas.



domingo, 25 de mayo de 2014

PSICOGÓTICO (La lluvia del ayer)


benditos años 70 y 80 en los que me crié, quiero quitármelos de la cabeza a veces, para descongestionarme un poco y no ser cómplice y esclavo del pasado siempre, para vivir sólo el presente, pero a todas horas vuelven a mí, lisérgicos y cañeros, salvajes y abrumadores, magnéticos y reveladores, como si todo hubiera sido y terminado en parte ahí, lo demás ya adulterado, la decadencia de occidente, el final de un sueño, lo cierto es que vuelvo siempre ahí, para escribir o ensoñar o recordar me voy por inercia allí, a los años 70 y 80, los giallos y la psicodelia, el cine de autor, la canción protesta, los rockers y los heavys y punkis y mods, el fin de la dictadura y la transición, los Cardíacos y los Ramones, los Purple y los Fuzztones, las Lambrettas y Vespas, los P.P. Agustinos (vade retro) y Casa Blas, el Garabatos y el Toisón, la Cantina y el Oasis y el Emiliano, Veredicto Final, H.P.Lovecraft y Allan Poe, el horror cósmico y los Mitos de Cthulhu, el decadentismo y el simbolismo, los boogies de colores, mis primeros poemas, Bilbao y Arrebato y Pepi, Luci y Bom, las salas de juego de mi ciudad, mi peña de antaño, la Venatoria y la Pícara y la Circular, Miguel Ángel Martín y el Víbora y Makoki, el París y el 44, la Mandrágora y la Tropicana, alrededor de todo ello merodeo aún, nuevo milenio en la Tierra, regresión tras regresión, consciente de que todo viene de ahí, estas palabras, carne para la máquina de la nostalgia, arden los corazones...

Vicente Muñoz Álvarez

EL DIVINO FRACASO (Y los perros del amo)


el talento en las capitales de provincia, León por ejemplo, sin ir más lejos, a punto de agostarse y marchitarse siempre... tantos cerebros privilegiados de mi generación, tantos buenos amigos pintores e ilustradores y poetas y narradores y músicos y fotógrafos al borde de la indigencia, peleando siempre a la contra, guardando la compostura, su divino fracaso (que diría Cansinos Asséns), sus problemas para llegar a fin de mes, su reino intangible de los cielos, contándome sus maravillosos e inviables proyectos, su pasión y arrebato y sus ganas de vivir, mientras los perros del amo mean orgullosos en cada esquina...

 la historia 
se repite

insisto

los cerebros 
y los corazones 

no

Vicente Muñoz Álvarez

MESSIAH OF EVIL


Otra película olvidada que merece la pena desempolvar y una joya del cine norteamericano de horror setentero que, estoy seguro, hará las delicias de los amantes del género: Messiah of evil (Mesías del mal, 1973), de Willard Huyck y Gloria Katz.

Claustrofóbica, angustiosa y teñida de esa atmósfera lisérgica y surrealista tan particular de algunos films de terror de la época (me vienen a la cabeza, por ejemplo, La lluvia del diablo, La estación de la bruja, Crimen en la noche,  y muy en especial La maldición de los Bishop), Messiah of evil nos introduce en un universo siniestro y pesadillesco, muy al estilo H.P.Lovecraft (la película tiene no pocos paralelismos con uno de sus más célebres relatos: La sombra sobre Innsmouth), habitado por perversas criaturas y entidades del más allá.

Con poco presupuesto, un guion no especialmente brillante y sin apenas derramamiento de sangre, los directores (pareja en la vida real) consiguen crear una atmósfera malsana y envolvente, como de mal viaje de LSD, y un aura densa y ominosa que, en muchos momentos, logra erizarnos la piel.

Otro de esos filmes (como los anteriormente citados) de culto del gótico norteamericano prácticamente desconocidos en nuestro país, que no debería faltar en vuestra videoteca.

Vicente Muñoz Álvarez

Mesías del mal (completa) in You Tube:


sábado, 24 de mayo de 2014

LOS PLANOS DE LA DEMOLICIÓN: Live in MUSAC.


termino al fin la ruta y empalmo con Nombrando el porvenir, el programa de poesía que desde hace meses llevamos preparando para el MUSAC, y pienso en el lujo que es poder traer, entre otros, a mi colega David González, que más que ninguno se lo merece, pero sobre todo, por una empatía y afinidad especial, a Ana Curra a hablar de El Ángel y leer sus poemas... me voy hacia atrás, a otro siglo y milenio y en plena Movida, al día en que Parálisis Permanente, su mítico grupo, tocaron en León por última vez... 1983, a mis 17 añitos, en La Tropicana, despertando a la vida y al mundo, su último concierto... y luego a finales de los 80, cuando vía El Canto de la Tripulación descubrí los poemas de El Ángel, decisivos para mi formación, en aquella increíble revista... y acto seguido a Los planos de la demolición y Polvo de Ángel, a mediados de los 90, y a una present de El Canto en León que nunca olvido... y luego, regresión tras regresión, al último Vinalia Trippers, Spanish Quinqui, y a nuestro homenaje a El Ángel, y a contactar con Ana y César y El Dogo (sus compis de aventuras) para la ocasión y poner con ellos nuestro granito de arena a la causa... y ahora, el sábado que viene, todos ellos juntos, Ana Curra y César Scappa y (espero) El Dogo hablando de El Ángel en el MUSAC...  

pasan los años 

se suceden los ciclos

la pasión permanece


Vicente Muñoz Álvarez


Sábado, 31 de Mayo, Musac León

viernes, 23 de mayo de 2014

ÍTACA


crecen las setas

arde Babilonia

vuelvo al hogar


Vicente Muñoz Álvarez

lunes, 19 de mayo de 2014

DÍAS DE RUTA en LA TORMENTA EN UN VASO


Ediciones Lupercalia, Alicante, 2014. 200 pp. 15,95 €

Miguel Baquero 

Estoy convencido desde hace ya tiempo de que escribir es una maldición. Una putada sin la menor gracia. Esto no lo entenderán los notarios que, a su jubilación, porque algo habrá que hacer, se entretienen escribiendo una novela, por si acaso tiene éxito; ni los abogados prestigiosos que en sus ratos libres, los fines de semana, escriben con un ojo puesto en las teclas y el otro en lo que está de moda en el mercado editorial, para adaptarse a ello y vender; ni mucho menos los presentadores de televisión para quienes una novelita supone una prolongación de su fama y un prestigio añadido. Que escribir puede llegar a ser algo atroz sonará a chino a esta gente que —casualidades de la vida— suelen ser casi los mismos tipos que luego miran con suficiencia al chaval que llega con unas cuartillas mugrosas y le dicen que esto no es para él, que se dedique a otra cosa, que no pierda el tiempo…

Estoy seguro que sólo unos pocos autores y lectores pueden llegar a entender que la literatura es una drogadicción tan maligna como muchas otras. Que esta extraña fiebre por volver a describir el mundo, sin contentarse ni avenirse con lo que ya está dicho —y eso que ya está dicho todo de mil formas distintas—, puede ser tan nociva como una toxicomanía. Decía Sartre que «si la literatura no lo es todo, no merece ni una hora de esfuerzo. Se consume [la literatura] si se la reduce a la inocencia, a canciones. Si cada frase escrita no resuena a todos los niveles del hombre y de la sociedad, no significa nada». Hay tipos (malditos, sin duda) que todavía (¡incautos!) buscan una trascendencia en las letras y no un sencillo oficio mecánico o una oportunidad de negocio. Esto seguro que no lo entienden, ya digo, que incluso les parecerá irrisorio, todos esos alumnos de taller que sólo pretenden de las letras sacar de ellas un buen comienzo y un final sorpresivo que les haga ganar algún premio y, quizás, con suerte, una adaptación al cine o a la televisión que les proporcione pasta. No estoy hablando para esos.

«Vísceras, poesía y vida», dice, a manera de lema, Vicente Muñoz Álvarez (León, 1966) en el poema preliminar de este Días de ruta. Y apenas traspasar el umbral del volumen, nos muestra su jugada: «mi apuesta / suicida / por la literatura». Repito que la inmensa mayoría no entenderá estas líneas, y ese absurdo sacrificio que se proclama —¡un esfuerzo porque sí, sin beneficio económico ni recompensa material!— es algo que apenas entra en la cabeza. Varias veces —en esta obra en concreto, y en otras muchas a lo largo de su carrera (además de escritor, Vicente Muñoz Álvarez es editor de antologías, fanzines, y estoy seguro que se encontraría a gusto en la calificación de “agitador literario”)— el autor se ha proclamado fascinado o incluso emparentado —esa sería su ilusión— con la generación beat, por ejemplo, con los artistas y cineastas outsiders, con quienes se hallan perdidos en el underground, al margen de la cultura-negocio establecida, con los viejos bohemios también, con quienes, en resumen, han hecho de las letras una manera de vivir con autenticidad y a la contra, y no un mero trabajo que, si no es rentable, no interesa.

Esta nueva obra suya, Días de ruta, es algo así como la crónica poética de un año en la vida del autor; un año en que, de nuevo, el objetivo es compaginar la dura vida de representante de calzado con la posibilidad de ahorrar siquiera unos minutos de tiempo para dedicarlos a la poesía, a la escritura, a la vida cultural que le llena. Un año rezando mes tras mes, estación tras estación, «que nada te turbe / que nada te turbe / que nada te turbe», porque cuando consiga al fin sentarse ante el folio no esté tan cansado, tan desmoralizado, tan desengañado, que la vida deje de sorprenderle y le oculte su tesoro. Rezando mes tras mes por seguir siendo poeta, aunque ello conlleve esa frustración irreparable porque los versos nunca quedarán como soñaste; a cambio, a veces te asalta esa rara alegría, indescifrable, de estar haciendo algo, aunque sea inútil, y de conocer a otros, como tú, viciados hasta límites insanos por el mismo sueño.

Es poca cosa, ya lo sé, pero para algunos es toda la vida. Ya sé que esto no se entenderá, pero si tú, lector, encuentras pese a todo una lógica en esto, te aconsejo encarecidamente que leas el nuevo libro de Vicente Muñoz Álvarez, así como otros anteriores; con la advertencia, eso sí, de que aquí la poesía va en serio, no es una simple excusa para hacer bonitos marcapáginas; este es el territorio donde se salta sin red, se pelea sin guantes, se suda, se sangra, se tiembla con el mono, se aúlla y a veces, en los callejones oscuros, aparece algún cuerpo destripado.



domingo, 18 de mayo de 2014

VALERIE Y SU SEMANA DE LAS MARAVILLAS


Otra de las maravillas subterráneas del cine checo (junto a la memorable El incinerador de cadáveres, de Jura Herz, sólo un año anterior), Valerie y su semana de las maravillas (1970), de Jaromil Jires, sigue fascinado cuatro décadas después con su estética onírica y surrealista (que tanto recuerda a Buñuel), su erotismo latente y su impresionante puesta en escena, y la vuelta de tuerca siniestra que le da a los cuentos fantásticos centroeuropeos, acercándolos al relato de vampiros y la novela gótica.

Como una especie de Alicia en el País de las Maravillas (presente en toda la película, desde su propio título) invertida, la joven Valerie se inicia a la vida de los adultos y al sexo en un universo gaseoso y cambiante, voluptuoso y terrible, hermoso y lúgubre a la vez, y asiste embelesada a todo tipo de mutaciones y prodigios.

En la línea de Black Moon, de Louis Malle, y En compañía de lobos, de Neil Jordan (ambas posteriores y, supongo, influenciadas por esta), Valerie y su semana de las maravillas es surrealismo y poesía en estado puro, una oda a la adolescencia cargada de metáforas y simbología, tan delirante y evanescente como los propios sueños.

Cine de autor del bueno, en suma, que por nada del mundo debéis perderos.

Vicente Muñoz Álvarez

Valerie in You Tube:


FRIENDS (Valladolid)


mis amigos de Valladolid, ah, esos chicos buenos/malos del maíz, qué bien me lo paso y qué a gusto me siento últimamente en Valladolid, antes una plaza inhóspita para los poetas urbanos, hoy una parada imprescindible, la empatía, hermanos, os la habéis currado y comienzan a verse los frutos, plaza amiga, Valladolid (pese a lo jodida que me resulta para vender zapatos), Enrique Senorans, vuelvo a repetirlo (y no me canso de hacerlo), el mejor librero del mundo mundial, chapeau, Jorge, poeta de inculto, grande, Santi y Leli, hermanos beats, Casilda, siempre presente, Chapu y Roberto y Carmen y Laura y Cristina y etc etc (perdonad los demás, no retengo bien los nombres, pero sí vuestras caras), gracias por ser & estar, por existir, y réquiem también por un sueño, adiós a La Curva, a Ángel y a su proyecto, siento mucho no haber llegado ayer a tiempo, para todos mis disculpas, a todo no se puede estar, pero chapeau también por el gesto, templo de la poesía española, cuánto me habéis recordado al CCAN, poetas de La Curva, el corazón permanece, siempre en deuda con vosotros... sigo...


Vicente Muñoz Álvarez

jueves, 15 de mayo de 2014

TRÍO DE ASES (en mi corazón)


me voy mañana para Valladolid, van terminando los días de ruta y llegan, con estos bolos poéticos primaverales, mis primeros atisbos de ensoñación, ay mi cabecita loca, esta bipolaridad, esta sensación continua de desdoblamiento y deriva, poeta y comercial, comercial y poeta, está quizás dando sus frutos, pero qué distintos mi padre (maestro de ceremonias, que siempre me dijo: tienes 8 meses de tu vida para cascarla al año - era su consigna, refiriéndose a mi/su trabajo -, pero los 4 que restan dalo todo, nunca te olvides, son los que te dan de comer) y yo, porque resulta que, contra todo pronóstico, le salgo poeta (este es mi hijo, que estudió Derecho, pero se torció por el camino - solía decir cuando me presentaba a los clientes al principio de todas las rutas) y se me cruzan los cables con ambos oficios, cuando vendo zapatos pienso en poesía, cuando escribo poesía pienso en zapatos, nada se estructura como me habían enseñado en el colegio dentro de mí, matemáticamente, todo se confunde, pasan los días, los años, se suceden los ciclos y sigo desesperadamente intentando amoldarme a todo sin renunciar nunca a nada - trabajo, poesía, setas y ensoñación-, ni a nadie - chica, perra, padres, amigos -, todo se enreda y desestructura como un torbellino dentro de mi cabeza, qué extraño viaje, la vida, pienso, la poesía, el trabajo y la ensoñación... me voy mañana para Valladolid, triple lectura para mis amigos, trío de ases (pase lo que pase) en mi corazón...

Vicente Muñoz Álvarez

TRIPLE LECTURA en VALLADOLID


Mis queridos drugos de Valladolid me han preparado para este viernes 16 una sesión de las buenas: a las 18 horas lectura/conferencia en la Universidad, a las 20 horas lectura en la librería A pie de Página (ambas con Jorge M Molinero) y a las 22 horas presentación de Días de Ruta en el Bar La Curva. 

Será, por supuesto, un placer.

God Save the Trippers



Viernes, 16, 18.15 horas, Universidad de Valladolid


Viernes, 16, Librería a Pie de Página


Viernes, 16, 22 horas, Bar La Curva


Del 6 de mayo al 2 de Junio, Bar La Curva

miércoles, 14 de mayo de 2014

EN OTRA ÉPOCA, CON LOS MISMOS BOZALES, EN EL MISMO LUGAR



volviendo
a los viejos trucos
de antaño

en otra época
con los mismos bozales
en el mismo lugar

frente
a la censura

el simbolismo
el surrealismo

jode

pero
no suele
fallar

recursos
de los poetas


Vicente Muñoz Álvarez

CUERVOS


al amo
se le tiene
miedo

aún después
de muerto

por si existe
el más allá

graznan
los cuervos


Vicente Muñoz Álvarez

martes, 13 de mayo de 2014

ALIADOS


aliados, según Don Juan Matus (tal cual nos enseñó Castaneda), son plantas de poder que ayudan a desplazar nuestro punto de encaje para convertirnos en hombres de conocimiento, la datura (stramonium) y el humito (hongos psilocybes) para ellos, y las setas (ahora sólo comestibles, el tiempo de las alucinógenas ya pasó) para mí, boletus edulis y pinícolas (mis preferidas) sobre todo... porque si desplazar el punto de encaje consiste, según Don Juan, en modificar nuestra percepción de las cosas para ver la realidad de otro modo y aprender a vivir (sin desaprovechar nuestra energía) como un guerrero, las setas en mi caso, qué duda cabe, son también aliados... además de comerlas, por supuesto, buscarlas año tras año, en primavera y otoño, justo al terminar la ruta, convirtiéndolas en terapia y recurso de fuga, puerta a la ensoñación... con pocas cosas consigo sanarme por dentro tanto como con ellas, nada como perderme en el bosque para exorcizar mis neuras y miedos, dejar atrás el tedio de la ruta, la crisis, las maletas, los clientes, los impagos y las muestras, a fuerza de concentrarme exclusivamente en su búsqueda sin pensar en nada más, en ninguna otra cosa, concienciado plenamente en la acción... sólo comparable, quizás, en su intensidad y capacidad de absorción, al acto de escribir, nada que me abstraiga tanto de lo externo y me solace con mi ser verdadero, nada tan reconfortante como recolectar setas... preferiblemente boletus...

Vicente Muñoz Álvarez


lunes, 12 de mayo de 2014

DÍAS DE RUTA según ESTEBAN GUTIÉRREZ GÓMEZ


DÍAS DE RUTA 
Vicente Muñoz Álvarez

Ed. Lupercalia, 2014

Anda precisamente ahora Vicente Muñoz Álvarez con sus maletas con muestrarios de zapatos (todos de un solo pie) y sus cuadrantes de pedidos (cada vez más escasos) recorriendo media España. Y yo voy con él, en el trayecto desde mi casa al trabajo y viceversa, la hora y media diaria de lectura. Voy con él y siento el derrumbe de Babilonia, la hondura de la crisis, la podredumbre humana. Siento las pulsaciones de Vicente, sus tiempos de espera, sus anhelos por escapar de lo propio: por finalizar la ruta y volver a la huida. Siento la agonía de los últimos días, cuando los clientes que faltan de visitar todavía no pueden contarse con cuatro manos, cuando la derrota se perfila en el horizonte casi a la misma altura que el destello de "la perla azul".

Días de ruta es para mí una confesión a la espera de que el mundo (su mundo, mi mundo) cambie, retorne a la armonía, siga el ciclo vital que soñamos y se aleje, lo máximo posible, de la existencia real. “Solo puedo ofrecer mi vida”, nos viene a decir Vic, “solo eso”. Y es más que suficiente para quien sepa interpretar la partitura del ser desubicado, de la astilla.

Mitad poemario, mitad diario, Días de ruta es un canto a la vida, a la verdadera vida: la que cada uno se inventa, la que cada uno quiere vivir, la que fuerza al extrañamiento de la podredumbre que nos rodea.

La ignominia. 
La ceguera. 
La incomprensión, el egoísmo, la envidia. 
El fracaso social...

Todo aquello que nos pudre, pero nos permite seguir soñando...

La carretera. El desierto. La huida. 

Desde la realidad a la ensoñación, desde la sociedad a la naturaleza. El bosque cuajado de hongos en primavera o en otoño es el refugio, la salida con el amigo a recorrer trochas y sendas, la búsqueda del rayo verde en la playa más desierta, la satisfacción de la vida. Porque eso es la existencia, hasta el último jadeo, el último "latido". Como el mismo Vicente Muñoz Álvarez escribe a veces en sus mensajes: prepárate para lo que viene: “pura vida”.


Esteban Gutiérrez Gómez, del blog Bacovicious.


viernes, 9 de mayo de 2014

VISIONES DE VIC


me suele pasar los últimos días de ruta, sobre todo en la campaña de primavera, y más que nunca en esta, de verde y soleada casi milagrosa, conduzco la furgoneta por la meseta y las ganas de vivir renacen en mí, el secarral, mi Castilla profunda bajo este beatífico sol, las parejas de patos y las cigüeñas altivas surcando el cielo, las choperas frondosas, volviendo hoy de Palencia por la autovía, a pocos kilómetros de mi libertad, qué regalo de Pachamama me parecía el paisaje, cómo me llamaban a lo lejos las cumbres nevadas, cómo brillaba en lo alto la perla (cuando llegues a la cima de la montaña, dice un viejo proverbio zen, sigue subiendo: nunca lo olvido), sólo unas pocas visitas más, unas cuantas nomás, y a sacar de la furgo las maletas de muestras y transformarla en chalet de verano, hacia el sur, islas de Tavira y Armona y Farol, que nos vamos en nada, vuelta a la poesía y la prosa, mis libros en construcción, los prólogos pendientes para los amigos, los boletus y los milanos de mi Walden personal, atrás quedan todas estas semanas alienantes de ruta, los hoteles solitarios y asépticos, las sábanas frías, los duplicados y zapatos, y a la vista está ya la ensoñación (estas líneas son la primera señal), como una metáfora de todo lo que me realiza y deseo, las palabras amables vuelven a mí, la primavera radiante, mi chica y mi perra, los paseos matinales por el bosque tranquilo, cómo cambia mi punto de encaje, qué distintas visiones, revelaciones, todo en función del prisma a través del cual se mire, los mismos horizontes tan distintos ahora, cobra la naturaleza (interna y externa) nuevo sentido, todo arrebato y pasión, como las nubes en lo alto pasan los malos tragos, los meses, los años, se repiten los ciclos, las estaciones... quiera o no, me guste o no, sigo el camino...


Vicente Muñoz Álvarez

cover by Vladimir Kush

jueves, 8 de mayo de 2014

LAST NIGHT (On the Road)


última noche
fuera de  casa

tras dos meses
de ruta inclemente

mi última noche
fuera de casa

a un tiro de piedra ya
las setas el monte
y el mar

como esporas
en el bosque
creciendo

la primavera
el sosiego
los sueños

cálidamente

renacen
en mí


Vicente Muñoz Álvarez

lunes, 5 de mayo de 2014

CUENTO LAS HORAS



desde Zamora

solo en la carretera

cuento las horas

que me separan de ti


Vicente Muñoz Álvarez

DÍAS DE RUTA en FILANDÓN (Diario de León)


Contra viento y marea

Días de ruta, Vicente Muñoz Álvarez, 
Prólogo de Gsús Bonilla, 
Lupercalia, Alicante, 2014. 200 páginas.


José Enrique Martínez, Diario de León, Filandón, 04/05/2014

El nuevo libro de Vicente Muñoz, Días de ruta, evoca la novela más emblemática de la generación beat, On the road, de Jack Kerouac, con quien siente empatía por seguir caminos paralelos: la vida en la carretera, si bien el poeta leonés no lo hace en aventura enloquecida, sino por ganarse la vida como representante de calzado, durmiendo en hoteles baratos y entre sábanas frías de soledad. Este frío es la marca externa de otro frío mayor, el del vacío interior, el del extrañamiento, «el no identificarme bajo el disfraz de hombre cuerdo» y de negocios. Es la prosa de la vida, y en prosa lo relata Muñoz, dejando el verso para otras íntimas angustias. Es la prosa del día a día que ilustra la imagen de la trinchera: resistir y luchar. Al otro lado está la entrega «al arte no remunerado de la ensoñación», que eso es la poesía. Así termina la campaña de otoño del vendedor de zapatos, del poeta disfrazado de negociante, cuya meta última es «llegar sin desplomarte / al fondo / de ti», el fondo del que brota esta poesía de lo inmediato, inconforme y disidente para no dejarse atrapar por el sistema.

En el Cuaderno de invierno cobra primacía el bosque como remedio contra las angustias de fuera y de dentro, como espacio de meditación, de sosiego y ensoñación, de renovación y pureza íntima. También la poesía y los poetas se acercan al pensamiento del escritor. Anida ahí el orgullo de la amistad con quienes, como él, «reman contracorriente / luchan contra todo, pelean siempre a la contra», conservando la dignidad como la conservaron los poetas malditos, como Allen Ginsberg, cuyo Aullido parece evocar nuestro poeta cuando escribe: «Son los mejores cerebros de mi generación y están perdidos, frustrados, rotos».

Pero a este tiempo de meditación sucede de nuevo el de ruta, la «Campaña de primavera»: «los dos ejes sobre / los que gira / mi vida / el calzado / y la poesía... / la rutina / y la ensoñación». Y otra vez el extrañamiento y el disfraz, y a esperar otra estación de calma y sosiego, que poetiza en el Cuaderno de verano: de nuevo el bosque, la huerta, el hogar, el amor, la ensoñación, el paso feroz del tiempo, lecturas, el jardín interior, pero también el desaliento, el vacío, los sueños rotos, la escritura como vaciamiento y catarsis... Seguir sería empezar otra vez el círculo, el tedio de la carretera y la espera de la poesía, a la que Vicente Muñoz se ha entregado y entrega con la pasión de lo vivido.



viernes, 2 de mayo de 2014

ÁCIDO (Y el País de las Maravillas)


como en este libro en construcción está pasándome día tras día, a medida vienen las regresiones a mí (y yo de cabeza a ellas), va siendo hora también de contarlo, el ácido, aquel Bálsamo de Fierabrás, llave de plata que tanto tiene que ver con estas páginas (algunos lo habréis pillado, otros no, lo mismo me da), el ácido, que cuanto más lo pienso y repienso, qué le voy a hacer, me ha hecho ser como soy, no me arrepiento, me alteró la cabeza y la percepción, tal vez, pero no me arrepiento, de vez en cuando hay que encontrarse con nuestro yo más profundo, porque hablamos, sí, de una experiencia muy especial, nada parecido a nada, quizás todo lo que escribo, a todo lo que regreso (sobre todo en este libro) tenga su origen ahí, Simpson, Budas, Micropuntos, ya no recuerdo, pero en una época de mi vida fueron una puerta y un revulsivo, aquellas alucinadas experiencias, aquellos inolvidables acid test con la peña, casi siempre luminosos, pero algunos otros, muy pocos (también eso hay que advertirlo) oscuros como la tumba donde yace mi amigo (que diría Malcolm Lowry), lo justo como para tener hacia él el suficiente respeto, ya no más, ahora sí que no, demasiado complicado mi cerebro ya, pero entonces sí, nuevas visiones, nueva carne y nueva forma (para siempre) de entender la vida y el mundo, el ser y la nada, mi alma y mi corazón, algo ahí que no ves desde aquí, lo bueno potenciado por mil (pero también lo malo, todo, insisto, hay que advertirlo), de ahí mi pasión, pienso, por los años 70, siempre he opinado que sin él vería la realidad de otro modo, siempre su legado presente, video una de esas viejas películas setenteras de horror que tanto me gustan (Mario Bava o Polanski o Jess Franco, por ejemplo, y por supuesto Buñuel y Carlos Saura, quizás, en su surrealismo, los mas terrroríficos) y pienso en él, en el ácido, y sobre todo escucho aquellos temas, Hendrix y Jefferson y Grateful y Pink Floyd y los Purple y tantos otros también, y no puedo dejar de asociarlo, imposible captar su mensaje si no lo has probado, me digo, aquel color, aquellas imágenes, aquellos acordes y aquellas luces (estroboscópicas), gran parte de la contracultura de los 60 y 70 viene de ahí, aunque casi nadie se entere ni lo capte viene de ahí, muchas cosas, aunque nadie se entere ni lo capte, vienen de ahí, son todo etapas, regresiones, cuál es la factura de todo aquello, me da igual, pero mucho de lo que lees aquí y ahora de mí viene de ahí, como magdalenas de Proust horneadas a mi justa medida me vienen aquellos recuerdos (dulces y envenenados) a la cabeza, la perla, el misterio, mucho viene de ahí, cambias el punto de encaje, nos enseñó Castaneda, y la realidad es otra y a parte, lo ves todo distinto durante unas horas, y es, sobre todo el regreso, ya sin máscaras, lo que te hace reflexionar, ah, el ácido, un viejo y entrañable amigo, hay otros mundos pero están en este, dentro de ti, y hay o había (ya no me importa ni lo sé) una llave de plata que te catapultaba en picado hacia ellos, para nada me arrepiento, de otras cosas sí, pero de aquello no, más tonto o listo, no lo sé, es lo que hay, una experiencia mística, lejos del mundo, dentro y fuera de ti, a costa de o pese a ello, para bien o para mal, me da igual, sigo escribiendo...


Vicente Muñoz Álvarez

VIAJE AL FIN DE LA NOCHE: Louis-Ferdinand Céline.


Aunque había oído hablar ya bastante de esta novela (a Kerouac y Bukowski y Henry Miller, por ejemplo), no fui capaz de conseguir un ejemplar hasta, calculo, los veinticuatro o veinticinco años. Imposible, por su estigma (colaborar con el régimen pronazi de Vichy durante la Segunda Guerra Mundial), encontrar ningún libro de Céline editado en nuestro país por aquel entonces, comienzos de los 90, y grande la frustración de no poder, pese a las fantásticas palabras que mis autores de culto le dedicaban, acceder a su obra. Hasta que, en una edición del Círculo de Lectores, al que mi madre estaba suscrita, conseguí al fin su primera y más aplaudida novela, Viaje al fin de la noche, que fue para mí una auténtica revelación. Ahí estaba Bardamu, alter ego de Céline, desafiando a la vida y al mundo, cantándole al horror de la guerra y al absurdo de estar vivos, ácido y corrosivo, sarcástico y escatólogico, con su lenguaje emotivo, esa especie de dialecto nihilista y cañí, sus frases lapidarias, su filosofía aplastante y sus aventuras y desventuras en África, Francia y Estados Unidos, buscando el camino de baldosas amarillas.

Ha habido, por supuesto, otros muchos autores y libros que me han marcado, pero ninguno, creo recordar, tanto como Céline y su Viaje al fin de la noche, la revolución que supuso en mi cabeza y mis letras, en mi forma de escribir y de entender el mundo, y a pocos debo tanto como a él.

Recientemente, más de veinte años después de haberlo leído, con Julio César Álvarez, he coordinado la antología El descrédito: Viajes narrativos en torno a Louis Ferdinand Céline (Ediciones Lupercalia, 2013), donde un puñado de autores españoles contemporáneos rendimos tributo al maestro.


Vicente Muñoz Álvarez, en El Telégrafo (Quito, Ecuador).