Vicente Muñoz Álvarez
Autor de Marginales
El leonés Vicente Muñoz Álvarez nació en 1966. Comparte, así, generación con todos aquellos que vivimos el final del régimen casi sin enterarnos, hacíamos corros con los amigos para leer tebeos, vimos de estreno La guerra de las galaxias o Pesadilla en Elm Street y grabamos canciones de la radio en viejas cintas de cassette. Cine, televisión, literatura, música o cómic dejaron su influencia en este autor al que resulta imposible adherir cualquier etiqueta. Sus obras tratan temas variados y discurren por estilos literarios muy diferentes que van desde la poesía a la novela, y las referencias a la cultura llamada popular son frecuentes. Pero si hay algo que destaca en todas sus obras es la conciencia social. Su obra no se aparta de la realidad más dura ni siquiera cuando se adentra en los terrenos más fantásticos, como en el caso de su recién reeditado libro de relatos, Marginales. Con ocasión de su publicación por primera vez en formato electrónico, le robamos unos minutos para entrevistarle.
En la presentación nos hemos resistido a calificarte como poeta, narrador o novelista, porque has tocado todo tipo de géneros. Narrativa breve, novela, poesía, ensayo, blog... ¿Hay alguna faceta en la que te sientas más identificado?
La verdad es que soy un escritor todo terreno, me encuentro bien, si escribo sin presión, en cualquier género (salvo el teatro, que no va conmigo), aunque quizás como más me identifique, al menos últimamente, sea escribiendo poesía. En cualquier caso, si algo caracteriza en general mi escritura, es la hibridación de estilos y géneros, poesía narrativa, prosa poética, etc.
¿De qué depende elegir un género a la hora de crear una nueva obra? ¿De lo que quieres comunicar, del ánimo a la hora de escribirlo?
Creo que de ambas cosas: de lo que quiero comunicar, en primer lugar, porque cada libro y temática me sugieren formatos distintos, pero también, y sobre todo, de mi ánimo a la hora de escribir, que es lo que en última instancia mediatiza el lenguaje y estilo del texto en cuestión.
En concreto, la obra que reseñamos en este mismo número, Marginales, es uno de tus libros de narrativa breve. Como autor tanto de relatos como de novelas, ¿qué imposiciones encuentras en cada uno de estos géneros? ¿En cuál te sientes más cómodo?
Sin duda en el del relato breve. Soy un escritor impulsivo, que depende totalmente de la inspiración para gestar sus obras, y el formato de la novela me exige una rutina que por lo general me supera. Prefiero, tanto en poesía como en prosa, los formatos más breves, que captan el instante y la ráfaga de inspiración en pocas palabras. Lo bueno, si breve, dos veces bueno, opino.
En el prólogo a Marginales calificas este libro como una rareza pero, a la vez, confiesas que no dejas de reconocerte en algunas de las criaturas que aparecen en él. ¿Qué es Marginales? ¿Un guiño a lo macabro, o un reconocimiento de que todos llevamos en alguna medida un monstruo en nuestro interior?
Las dos cosas. Un guiño a lo macabro y gótico, por supuesto, porque este libro es ante todo un homenaje a mis maestros de juventud: Lovecraft, Huysmans, Poe, Wilde, Machen, Ramos Sucre, Lautréamont, Baudelaire, el simbolismo y el decadentismo, etc. Pero también, efectivamente, un catálogo de monstruos, o mejor dicho, de freaks: los que, potencialmente, todos llevamos por dentro.
Marginales puede resultar dura a un sector del público que puede encontrar más horror y crudeza de la que espera. ¿No temes espantar a algún lector con este género?
La verdad es que nunca he pensado a priori en si lo que escribo gustará o no a mis futuros lectores. Me importan, por supuesto, sus impresiones y puntos de vista, pero eso no mediatiza nunca mi obra. Escribo lo que siento, sin presiones comerciales ni de género, y no me preocupa demasiado lo que los demás opinen de cada libro en cuestión. Sin esa libertad, mi obra carecería de emoción y espíritu, y eso sí que me preocuparía, no identificarme con mis propias criaturas. Creo que esa sinceridad, ese escribir desde las entrañas, es lo que en suma más agradecen los lectores, al menos los míos.
Aunque este libro es más fantástico que la mayoría de tus obras, no faltan algunos guiños al realismo social que te caracteriza. Un ejemplo: el relato El borracho es en apariencia el menos terrorífico -una persona normal y corriente a la que la vida le arrebata prácticamente todo lo que tiene y le convierte en un proscrito, en un marginado-; pero a la vez es el más inquietante, porque es en el que más fácilmente puede reconocerse el lector. ¿El terror más genuino está en lo que nos puede deparar el futuro?
Seguramente. El miedo a la muerte, y por lo tanto al futuro, a lo que vendrá y habrá después, mediatiza todos nuestros actos. No obstante, todos los personajes de Marginales, por fantásticos que sean, tienen un paralelismo con la vida real, son símbolos o metáforas de situaciones y personajes reales, tal cual afirmo en el prólogo. Por lo demás, tienes razón, tanto en este libro (en menor medida) como en todos los demás que he escrito hasta el momento, me interesa mucho la crítica social, enjuiciar y valorar el mundo que me rodea y proponer alternativas a lo que considero injusto: para mí, en esencia, esa debe ser la función básica de cualquier creador, sin menoscabo, por supuesto, del aspecto estético y artístico.
Impacta que relatos como los de Marginales hayan salido de la misma pluma que poemas como los de Animales perdidos. En cuanto a temática son muy diferentes, pero nos atrevemos a afirmar que ambos comparten un estilo muy poético. ¿Cómo se logra vestir un contenido tan desasosegante con una prosa tan cautivadora estéticamente?
La verdad es que no lo sé, no sé cómo se logra ni dónde está el truco o secreto. Lo que sí sé es que siempre he pretendido eso que señalas, revestir lo truculento y horrible de la vida real con buena poesía y sensibilidad estética y crítica. Es, quizás, lo que más caracteriza todos mis libros, tienes razón. Extraer joyas del fango, en suma, porque la naturaleza humana es así, truculenta y reveladora a la vez, inconstante, luminosa y oscura.
La estética de Marginales debe parte de su belleza a las ilustraciones de Mik Baro. De nuevo viendo los dibujos surge la pregunta. ¿Belleza y horror son compatibles? ¿En cierta manera se realzan entre sí?
Es lo que comentaba en la respuesta anterior, sí: belleza y horror, noche y día, crueldad y ternura, ying y yang... Nuestra naturaleza, en esencia, bipolar, el uróboros de los alquimistas...
De hecho no es este el único de tus libros que cuenta con ilustraciones. ¿Qué aporta el dibujo a la escritura? ¿Por qué te interesa tanto el libro ilustrado?
Siempre me ha interesado la ilustración, efectivamente, me inicié como lector leyendo tebeos y cómics de superhéroes y horror, y progresivamente fui abordando otros campos. Creo que las ilustraciones complementan el lenguaje de un texto, lo enriquecen y aportan matices nuevos. Por eso, casi todos mis libros, sobre todo los de prosa, han sido acompañados de ilustraciones. Y también ese es el esquema del fanzine que edito, Vinalia Trippers: relatos para adultos ilustrados.
Sin embargo la industria editorial, con honrosas excepciones, no apuesta demasiado por el libro ilustrado. ¿Crees que se debe a la dificultad de conseguir una perfecta armonía entre dos creadores, el escritor y el dibujante? ¿O quizá al miedo a que un libro ilustrado parezca menos serio?
No creo que se deba a eso, porque esa armonía y simbiosis se logra a menudo, aunque tampoco sabría decir a qué se debe exactamente. Supongo que al afán de los editores de vender formatos clásicos, novela sobre todo, y al recelo de la industria editorial para apoyar nuevas propuestas.
En el caso de Marginales, el dibujo de Mik Baro tiene cierta estética que recuerda al cómic. Y, de hecho, en alguno de los relatos del libro parece rendirse homenaje a aquellas historias que editaba DC Comics, Tales from the Crypt. ¿Es exagerado considerar al cómic también como una manifestación literaria?
Efectivamente, en este libro hay mucho de lo que comentas, la estética de los Tales from the Crypt, que me marcó desde adolescente. No fue premeditado, pero esa influencia, obviamente, está ahí, sobre todo en la última parte del libro, Monstruos y prodigios. Para mí, las Historias de la cripta son, sin lugar a dudas, literatura, y a veces incluso de la buena. Aunque dirigida a un público en concreto y adaptada al formato de cómic.
Por lo demás, Mik y yo hemos trabajado desde hace mucho tiempo juntos en Vinalia Trippers, es un ilustrador fijo de la revista y, como yo, un amante de la literatura pulp y de la cultura pop, por eso le propuse ilustrar este libro y por eso captó tan estupendamente su intención y esencia.
En todo caso en tu literatura se encuentran influencias de lo más variadas. Y no hablamos solo de literatura. El cine, la televisión, el cómic, están muy presentes en la forma de plantear los relatos. Incluso nos atreveríamos a asegurar que sientes predilección por esas películas de terror llamadas, por algún extraño motivo, de "serie b". ¿Es así?
Claro que sí. De hecho, uno de mis últimos libros, Cult Movies: Películas para llevarse al Infierno (LcLibros, 2018), es un catálogo de películas de culto donde presto especial atención al cine de horror y ciencia ficción. Como te comentaba al principio de esta entrevista, mi literatura se nutre de muchos estilos y géneros, no sólo de la considerada alta cultura, sino también, y quizás incluso más, de la llamada cultura pop(ular), que siempre me ha interesado e inspirado mi obra, sin menoscabo, eso sí, de la tradición. Todo mezclado y bien digerido, con el paso del tiempo, ha dado como resultado mi forma de escribir e interpretar el mundo que me rodea.
Esto nos lleva al debate de la calidad de la cultura. ¿Hay cultura basura? ¿Debemos renegar de los libros o películas populares? Porque, es innegable que La matanza de Texas o Viernes 13 han influido más en algunas personas que El Quijote o Hamlet. ¿No es eso motivo para considerar también seriamente otros tipos de cultura?
Así lo creo también yo, desde luego. Como señalaba antes, este tipo de cultura, al menos para mí, ha sido tan importante y básica como la denominada alta cultura, aportando más dinamismo y puntos de vista a mi manera de escribir y entender la literatura. Es parte del mundo que nos rodea y por lo tanto no debe excluirse de nuestra escritura, sino integrarse en la misma. No me interesan los purismos, sino la hibridación.
Y hablando de lo mismo, ¿cómo ves el panorama cultural en nuestro país? Porque ver los presupuestos de Cultura, o su tratamiento fiscal, provoca casi más espanto que leer Marginales.
Jajaja, tienes razón. La verdad es que bastante penoso, aunque hablo a nivel institucional tan solo. Porque a nivel personal, nunca he dependido de instituciones ni subvenciones ni premios para desarrollar mi obra, apuesto por la independencia creativa, para poder expresarme sin preocuparme por nada ni nadie. No necesito ni quiero que nadie me subvencione, aunque respeto a los que eligen esa vía, por supuesto. Así que, personalmente, la crisis no ha afectado a mi faceta literaria, más bien al contrario, me ha hecho reafirmarme en esa independencia por la que siempre he apostado.
En ese difícil contexto de la cultura, hay un género que tú cultivas mucho, la poesía, que sobrevive con la determinación de un náufrago. ¿Cómo ves la salud de la poesía en la actualidad?
En mejor estado que nunca, quizás por lo que acabo de señalar. La crisis es, en el fondo, un aliciente para escribir poesía y denunciar la injusticia que nos rodea. Hay más y mejores poetas que nunca y muchas nuevas pequeñas editoriales pendientes de lo que se escribe en este momento en nuestro país. Cosas, ambas, que no se darían de igual modo si las circunstancias fueran otras. Por otro lado, es cierto, la poesía tiene lectores más fieles que la prosa, pocos, eso sí, pero más constantes y comprometidos.
En tu caso, parece evidente que la relación con las nuevas tecnologías es excelente. Mantienes un blog desde hace años y tus obras se editan frecuentemente en formato electrónico. Hay voces que auguran la desaparición del libro por culpa el ebook. ¿Cómo ves tú las tecnologías? ¿Como aliadas, como amenazas, como incertidumbres?
Bueno, me gusten o no, prefiero estar con ellas. La vida y la sociedad evolucionan rápido, y con ellas debe evolucionar también la literatura. En el fondo, yo veo las nuevas tecnologías, pese a lo que algunos afirmen, como un aliado del escritor, han democratizado la cultura, todo el mundo puede ahora publicar en su blog o muro, ya no hay vetos institucionales y la difusión de nuestras obras es potencialmente mucho mayor. Claro que valoro el libro clásico, en papel, como un objeto de culto. Pero no reniego tampoco en absoluto de los nuevos formatos que van surgiendo, blogs, ebook, facebook, etc etc. Bienvenidos sean, si sirven para potenciar la creatividad y libertad de expresión.
Tu ritmo de publicación es envidiable. Tanto con obras nuevas como con revisiones y reediciones, tus seguidores disfrutan de varias novedades al año. ¿Tienes algo en preparación para el futuro próximo?
Por supuesto, siempre tengo algo en mente. Relacionado con la poesía en esta ocasión: estoy trabajando en dos nuevos poemarios, Días de ruta y Arte de la ensoñación, que espero tener pronto listos. Y en varios otros proyectos colectivos, antologías, revistas, etc.
No podemos terminar sin hablar de Vinalia Trippers, uno de tus proyectos de más largo recorrido. ¿Nos harías el favor de abducir a nuestros lectores explicando de qué se trata?
Vinalia Trippers es un fanzine de relatos ilustrados para adultos que creamos en 1996 un grupo de amigos y seguimos, sin periodicidad fija, publicando a día de hoy. Hemos editado hasta ahora 12 números, algunos en formato de libro. Y junto a la revista, un suplemento de poesía titulado Poemash.
Nos interesa la literatura subterránea, políticamente incorrecta, que cuestiona la realidad y el mundo que nos rodea, esa que no encuentra acomodo ni hueco en los suplementos ni revistas culturales de gran tirada, la que casi nadie, nunca, se atreve a publicar: siempre que tenga calidad, es por la que nosotros apostamos.
El número 12, que está ya en imprenta, está dedicado al cine quinqui español y se titula Spanish Quinqui. Incluye, además, un suplemento de poesía dedicado a uno de nuestros poetas fetiche, El Ángel, ya fallecido.
En nuestras entrevistas solemos dar la última palabra al autor, para que se dirija a los lectores que aún no hayan leído alguna de sus obras. Así pues, si eres tan amable, nos gustaría que finalizases explicando a esos lectores qué van a encontrar en tus libros.
Vísceras, poesía y vida, básicamente. Un tipo de literatura escrita desde las entrañas. Y una forma de interpretar el mundo que nos rodea y conocernos mejor a nosotros mismos.
En Internet podéis encontrar más información sobre Vicente Muñoz Álvarez, su blog y sus distintas obras. A modo de aperitivo, os dejamos algunos enlaces.
Blog personal:
Marginales en LcLibros:
Facebook:
Publicado en el nº 29 de la revista Punto de libro
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