miércoles, 31 de octubre de 2012

FRIENDS

Con Xen Rabanal, Jacob Iglesias, 
Antonio Huerta & Julia D.Velázquez
en El dinosaurio todavía estaba allí

lunes, 29 de octubre de 2012

CANCIONES DE LA GRAN DERIVA en LA CRÓNICA DE LEÓN


‘Canciones de la gran deriva’ vuelve con 13 nuevos poemas

Vicente Muñoz Álvarez, artífice del fanzine Vinalia Trippers, reedita su primer poemario trece años después de ver la luz

L. Castellanos / La Crónica de León

Vicente Muñoz Álvarez mantiene una actividad incensante. Escritor vocacional, artífice del fanzine de culto Vinalia Trippers y miembro destacado del movimiento contracultural español, suma numerosas publicaciones (a las que hay que añadir sus particulares contribuciones a diferentes revistas y antologías, algunas de ellas sometidas a su coordinación), una de las cuales, ‘Canciones de la gran deriva’, retorna a la vida bajo el auspicio de la editorial jerezana Origami trece años después de haber conocido su primera edición y con el añadido de trece nuevos poemas. Fue el escritor asturiano David González quien, en 1999, decidiera incluir este poemario en la colección Zigurat del Ateneo Obrero de Gijón. Ahora es el propio González quien se ocupa de prologar esta reedición y de abundar en el carácter “visionario” que, a su juicio, posee. “Los temas de que trata –la crisis que nos asola sin ir más lejos— siguen vigentes a fecha de hoy, en el momento de escribir estas líneas, quizás incluso más vigentes que cuando fueron escritos, cualidad que sólo poseen los grandes libros”.

La nueva edición de ‘Canciones de la gran deriva’ está presidida por una portada diseñada y elaborada por la artista leonesa Julia D. Velázquez a quien Vicente, junto a David González y Vinalia Trippers, incluye en su capítulo de agradecimientos. El autor leonés, a punto de presentar nuevo poemario, ‘Animales perdidos’, corona el libro con una dedicatoria, ‘A los que esperan’, que sutura intenciones y a la que luego le sigue una frase de Malcolm Lowry francamente expresiva: “A veces me veo como un gran explorador que ha descubierto un país extraordinario del que jamás podrá regresar para darlo a conocer al mundo. Porque el nombre de esta tierra es infierno”.

Muñoz Álvarez guarda un cariño especial por ‘Canciones de la gran deriva’ al haber sido su primera incursión editorial en el universo poético. La editorial Origami, que también publica a otros escritores leoneses como Alfonso Xen Rabanal, le ha quitado el polvo y la ha devuelto a la primera línea. Su autor, además, le ha provisto de nuevos textos para dar mayor riqueza y plenitud a una propuesta que indaga en las sombras y los espectros que asolan al ser humano y que tanta incertidumbre despierta en el poeta. “El hecho, incuestionable, inapelable, de que estos poemas hayan superado la prueba del tiempo dice más, mucho más en su favor y a favor de su autor de lo que yo mismo soy capaz de expresar. Sin embargo, quiero terminar parafraseando dos versos del propio autor, un poeta singular que prefiere morir luchando a vivir siempre perdiendo: Escribir libros como este / es hacer terrorismo de estado”, concluye David González en el prólogo de ‘Canciones de la gran deriva’.

Además del citado libro ‘Animales perdidos’, que contará con un prólogo de José Ángel Barrueco, Vicente Muñoz Álvarez tiene en sus previsiones varios proyectos que irán colmándose en los próximos meses. Así, entre ellos, ha asumido la supervisión y selección, junto con Julio César Álvarez, de una antología-homenaje a Louis Ferdinand Céline y ultima ya un nuevo número de Vinalia Trippers.

domingo, 28 de octubre de 2012

CASTAS



sentado 
en la furgoneta

esperando a que un cliente
abra la tienda

observo a la gente
 pasar

ricos 
 paseando a sus perros

y pobres
pidiendo monedas

mientras
yo

más lejos cada vez 
de los ricos

más cerca cada vez 
de los pobres

espero que el amo
me compre

espero que el amo
me atienda



Vicente Muñoz Álvarez

sábado, 27 de octubre de 2012

GOING TO MADRID

We´re on the Road

Presentación de Editorial Origami en Madrid.

La editorial andaluza Origami presenta sus últimas novedades.

No es habitual hacer una presentación a la 1 de la tarde. Sin embargo, la editorial Origami aprovechará su paso por Madrid este sábado 27 de octubre para presentar sus últimas publicaciones, invitando a los presentes por cada libro vendido, a una tapa y una consumición. En palabras de Antonio Huerta, director de la editorial, “estamos tanteando nuevas formas de acercar la literatura a gente que en principio no le presta mucha atención, y qué mejor que con unas cañas de por medio”. 

La presentación tendrá lugar en el bar El dinosaurio todavía estaba allí (c/ Lavapiés, 8), y contará con la presencia, además del propio Huerta, de los poetas Ángel Fernández Fernández, Jacob Iglesias, Adriana Bañares, Antonio J. Sánchez y Vicente Muñoz Álvarez, y los narradores Alfonso Xen Rabanal, Vera Zieland y José Ángel Barrueco.

Cuándo: sábado, 27 de octubre, 1pm.

Dónde: El dinosaurio todavía estaba allí (c/ Lavapiés, 8).

Os esperamos

jueves, 25 de octubre de 2012

CULT MOVIES en RADIO 3



Todos somos sospechosos 

Películas y música para llevarse al infierno 

25 oct 2012

Hoy es un lujazo conversar con el poeta, narrador y mente inquieta Vicente Muñoz, un autor imprescindible muy prolífico que nos presenta Cult Movies, su aportación al celuloide, una guía de películas para llevarse al infierno siguiendo un criterio personal que esta noche comparte con todos los sospechosos.

miércoles, 24 de octubre de 2012

CANCIONES DE LA GRAN DERIVA en DIARIO DE LEÓN


Vicente Muñoz recrea ‘Canciones de la gran deriva’ con 13 nuevos poemas

Origami reedita el bautismo de fuego del representante de la contracultura leonesa.

Cristina Fanjul | Diario de León 24/10/2012

Trece años después, Vicente Muñoz Álvarez reedita Canciones de la gran deriva, la obra con la que el poeta cerró un capítulo de su vida. A los versos, publicados en 1999, suma ahora otros trece con los que pone el epílogo a una época que parece más actual que nunca.

Dice David González en el prólogo del libro, que Canciones de la gran deriva es un libro visionario. «Los temas de que trata —la crisis que nos asola sin ir más lejos— siguen vigentes». Es cierto. Todo ha cambiado, pero poco ha mejorado. Y la placidez, el «tedio», por utilizar la palabra con la que Vicente Muñoz describe el ahogo generado por una vida que parece no ir a ninguna parte, se ha convertido en la náusea que provoca saber que dar la espalda a Caribdis supone arriesgarse a caer por el desfiladero de Escila.

«Por supuesto que el mundo sigue a la deriva, el mundo entero está a la deriva, y el poeta... los poetas somos inadaptados en un constante proceso de cuestionamiento», reflexiona el autor, uno de los representantes que con más autoridad se ha convertido en ejemplo de contracultura.

Esperanza

Vicente Muñoz dedica el libro a los que esperan y una página después la frase de Malcolm Lowry —que sirve de dintel a sus versos— le devuelve el reflejo: «A veces me veo como un gran explorador que ha descubierto un país extraordianrio del que jamás podrá regresar para darlo a conocer al mundo. Porque el nombre de esta tierra es infierno»... Trasunto del ‘abandonad toda esperanza’, podríamos continuar nosotros en una nueva página, siguiendo el consejo que abrió a Dante el camino hacia los elíseos.

Y es que esa vida que Vicente Muñoz desechó —«ya vendrán tiempos mejores»— parece no haber cambiado demasiado. Trece años después, superada la racha de universitario en paro y tras haberse hecho un hueco en el mundo de la literatura, nos encontramos con que el autor sigue hablando de futilidad: «Y pese a todo/no logro evitarlo/se me escapa/ el sentido». «Sigue habiendo vacíos», concede el poeta, que subraya que no podría ser de otra manera, porque este es el «sentimiento permanente del ser humano». Y así, del tedio «que quema y asfixia», Vicente Muñoz Álvarez entra en la etapa de los sueños rotos, en la que, como termina otro de sus inéditos, «es fácil fallar y arrojar la toalla». Es el volcán bajo el que el poeta se cobija.

Pero, de momento, Vicente Muñoz trata de cumplir, de reciclarse, de no acobardarse y tener la conciencia tranquila. En menos de un mes presentará un nuevo libro, sobre los vencidos a nivel sentimental. Se llamará Animales perdidos. Una vez más, la creación achicando el agua de la amargura. Pues eso, que, como dice Muñoz Álvarez, ya llegará la poesía.

4 POEMAS en REVISTA EXCODRA


Ya está disponible en la red el número 9 de la muy interesante Revista Excodra, dedicado en esta ocasión a la política, que junto a textos, ilustraciones y fotografías de otros autores, incluye 4 poemas míos.

Podéis acceder gratuitamente a la revista y regalaros sus contenidos  pinchando aquí:

Sin desperdicio

lunes, 22 de octubre de 2012

REVISIONES, OBSESIONES Y OTROS TRIBUTOS


Otra de las antologías en las que colaboro, coordinada por Octavio Gómez Milián, Revisiones, perversiones y otros tributos, recién editada por Voces de Margot, tiene una maravillosa portada y una pinta estupenda. 

Se trataba de rendir tributo a alguno de nuestros autores y universos favoritos, y yo lo hice con Thomas Bernhard, en un relato titulado (como una de sus novelas) La calera.

Esto es lo que dice la contraportada:

Revisiones, universos expandidos, canon, realidades paralelas, personajes cansados de sus autores originales, “fandom”, “Crisis en Tierras Infinitas”, “Spin off”...¿qué significa todo esto? Aficionados que utilizan personajes de la Marvel para escribir sus propias historias en oscuros sitios de Internet, George Lucas aumentando la leyenda de la Guerra de las Galaxias a base de tebeos, novelas y series de televisión o los autores que formaban parte del “Círculo Lovecraft” dando continuidad a los Mitos de Cthulhu. Leyendas de libros de viejo y antologías perdidas, de catálogos por correo y formatos perdidos. Una lista de autores excepcionales que dan su particular visión de un universo ya creado, con sus reglas y sus personajes, escribiendo un relato: Miguel Carcasona, Mario Hinojosa, Patxi Irurzun, David Jasso, Roberto Malo, Angélica Morales, Vicente Muñoz Álvarez, Igor Paskual, Román Piñá, Eva Puyó, Aloma Rodríguez, Antonio Romeo y Juan Luis Saldaña. Un libro que es un tributo a los libros, una revisión de las historias de siempre, una obsesión incontenible. No se puede pedir más, déjense llevar por ellos, al otro lado del espejo, siguiendo el camino de baldosas amarillas, escapando en el último transporte de Tatooine o junto a Bob Dylan justo antes de salir al escenario de Newport. Ellos estuvieron allí...o quizá no.

domingo, 21 de octubre de 2012

LA MANSIÓN DE LA LOCURA


A caballo entre el surrealismo de Jodorowsky o Buñuel y las películas de suspense y horror de la Hammer, La mansión de la locura (The mansion of madness,1971), primer largometraje del malogrado director mexicano Juan López Moctezuma, es un descenso sin paracaídas a los abismos más inhóspitos de la mente, un viaje sin retorno al fin de la noche que nos sumerge en un universo inquietante y malsano, vesánico y amoral, donde se cuestionan e invierten todas las leyes divinas y humanas.

Basada en un relato de Edgar Allan Poe, El sistema del doctor Tarr y del profesor Fether, La mansión de locura seduce por su decoración majestuosa y lisérgica puesta en escena, por su extraña mixtura de estilos y géneros, su atmósfera enrarecida y malsana y, muy en especial, por la interpretación magistral de Claudio Brook, de las que nunca se olvidan.

Como en Alucarda, la hija de las tinieblas (1975), su película más conocida, Moctezuma nos traslada a un mundo onírico y tenebroso donde cualquier cosa es posible y los personajes son juguetes en manos de un destino implacable y absurdo que condiciona fatídicamente sus actos.

Todo ello sin olvidar la crítica social corrosiva que encierra el filme, su mensaje anarquista y libertario y la apuesta incondicional por la creatividad espontánea del ser humano.

Juan López Moctezuma (que, por cierto, terminó sus días en un hospital psiquiátrico), director maldito y de culto donde los haya, mostró en esta película su potencial como director y guionista y su particular visión del cine y del mundo, y nos deleitó con un carnaval pesadillesco de secuencias e imágenes para el recuerdo.

Psicotrónica, ultrabizarra e imprescindible en cualquier videoteca.

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viernes, 19 de octubre de 2012

FIESTA ORIGAMI en MADRID


Allí estaré, junto a otros compañeros del gremio,
el  sábado 27 de octubre, para presentar 
Canciones de la gran deriva.

El lugar & la hora,
en el cartel de Jul

Os esperamos

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jueves, 18 de octubre de 2012

DÍAS DE RUTA


llueve sin descanso en la tierra estos días mientras, tienda tras tienda, voy cubriendo la ruta, recogiendo humildemente migajas e intentando convencer a mis clientes de que compren este modelo o aquel, ya pasará la crisis, ya vendrán mejores tiempos,  navegando a la deriva en la furgoneta por la carretera y peleando a la contra para sobrevivir dignamente al naufragio... pero ellos, mis clientes, agachan la cabeza y contienen a duras penas su rabia, me hablan de enfermedades, penurias y miedos (otra constante invariable en este trabajo), de lo mal que está la cosa y de que no acompañan las ventas, de lo que les ha sobrado de la campaña anterior y de que esto ya no hay quien lo arregle... o me comentan, para variar, las noticias destacadas del día: nacho vidal y la mafia china, el desliz de la selección frente a francia, el inminente rescate europeo o la ineficacia de las medidas que toma el gobierno... y yo asiento imperturbable y digo a todo que sí, no tengo ganas ni fuerza para discutir, no me identifico con nada, sólo quiero terminar cuanto antes la ruta y entregarme a la piel suave de mi compañera y al arte no remunerado de la ensoñación...

es un mundo 
extraño

me digo

pero el amor
es más fuerte

el amor
es más fuerte

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miércoles, 17 de octubre de 2012

LA DESCARGA


El día de la descarga yo tendría unos seis años.

Me asomé a la ventana de aquel hotel junto a la playa
y agarré la farola que iluminaba la terraza.

Mis manos empezaron entonces a temblar,
no podía soltarlas, veía desde la terraza
a mis padres en la arena pero no podía gritar,
la descarga me llenaba el cuerpo
y el mar brillaba a lo lejos
salpicado de extraños tonos sepia bajo el sol.
Hasta que de pronto mis manos se libraron solas del metal
y eché a correr escaleras abajo con aquel tembleque dentro
y un sabor acre en la boca,
buscando los brazos protectores de mi madre.

He estado a punto de morir luego otras veces,
supongo que algunas sin saberlo,
pero no recuerdo algo tan terrible
como aquella descarga eléctrica en mis manos
y los tristes y ominosos tonos sepia sobre el mar,
lenguas de fuego, la sensación de estar asomado al precipicio,
inmóvil, llegando inexorablemente al fin de algo.


Vicente Muñoz Álvarez, de Privado (Baile del sol, 2005).

Poema incluido en la antología Aquel Agosto de nuestras vidas y 100 balas de plata, coordinada por Ignacio Escuín Borao (Planeta Clandestino, 2012).

martes, 16 de octubre de 2012

EL QUIMÉRICO INQUILINO


Otra de las películas imprescindibles de Roman Polanski, junto a Repulsión y La semilla del diablo (que componen una especie de trilogía de horror psicológico ambientada en viviendas siniestras), El quimérico inquilino (The Tenant, 1976) no ha perdido un ápice de morbo y poder de sugestión pese al paso del tiempo y sigue erizando la piel y congelándonos la sangre en las venas.

Fetichismo, paranoia, esquizofrenia, extrañamiento y pérdida de identidad son los pilares sobre los que Polanski, con mano sabia, construye este impresionante thriller basado en una novela de Roland Topor (fundador del Grupo Pánico, con Alejandro Jodorowsky y Fernando Arrabal), menospreciado en su día por la crítica y considerado hoy una joya de culto.

De cómo aliena a los individuos la sociedad capitalista moderna, de cómo margina a los débiles, de cómo les fagocita y enerva hasta empujarles a la desesperación y al suicidio, nos habla El quimérico inquilino, llevando hasta las últimas consecuencias estas premisas y mostrándonos un almuerzo desnudo nada complaciente.

Polanski, tocado más que nunca por el talento y la gracia (como director, guionista y actor principal), nos sumerge en ese universo claustrofóbico y pesadillesco que tanto le gusta, conciliábulos de vecinos perversos, comunidades malsanas, edificios maléficos y orgías satánicas, y que ya había abordado con magníficos resultados en las dos películas citadas, Repulsión y La semilla del diablo.

Un clásico de culto por méritos propios, puro cine de autor, ideal para videar acurrucado en el sofá alguna noche lluviosa de otoño.

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domingo, 14 de octubre de 2012

CANCIONES DE LA GRAN DERIVA en TAMTAMPRESS


POEMAS ENTRE LOS ZARANDEOS DE LA VIDA

Dedicada ‘A los que esperan’, una nueva edición de ‘Canciones de la gran deriva’, de Vicente Muñoz Álvarez, revisada y aumentada, acaba de ver la luz en la editorial Origami, con portada de Julia D. Velázquez y prólogo del poeta David González.

Por ELOÍSA OTERO

Hay libros que solo tienes que pedirlos y en unos días te los llevan a casa. Es lo que pasa con Canciones de la gran deriva, del escritor y activista cultural Vicente Muñoz Álvarez (León, 1966), puesto a la venta hace solo unos días en la tienda On-line de la Editorial Origami. Un poemario que llega a los lectores trece años después de su primera edición en la colección Zigurat del Ateneo Obrero de Gijón. En esta ocasión, como entonces, el libro aparece encabezado por una cita de Malcolm Lowry:

A veces me veo como un gran explorador que ha descubierto un país extraordinario del que jamás podrá regresar para darlo a conocer al mundo.
Porque el nombre de esta tierra es infierno.

“Hablar hoy en día del poeta y narrador Vicente Muñoz Álvarez es hablar, sin la menor duda, de una figura capital, ya mítica, en la contracultura de las letras españolas: figura que empezó a forjarse allá en la década de los noventa, como editor de Vinalia Trippers, legendario fanzine leonés de grapa y papel en el que nos dimos cita escritores contracorriente cuyas palabras, como bien señaló Salustiano Martín, venían de la calle y surgían de la vida que nos zarandeaba”, anota en el prólogo su gran amigo, el poeta asturiano David González.

“Esos zarandeos de la vida, cuando no golpes directamente, están presentes ya desde un principio en toda la literatura de este escritor que se ha convertido por derecho propio en ejemplo y referencia de las nuevas generaciones de autores contraculturales. Esta circunstancia ha hecho que su obra, personal e intransferible, se haya visto vinculada, en mayor o menor medida, a movimientos como el Realismo Sucio, La literatura Beat, La poesía de la conciencia o, más recientemente, la Generación Nocilla o Afterpop”, añade González.

El poemario que ahora reedita Origami, revisado y ampliado, fue el primero que el autor leonés entregó a la imprenta allá por 1999, antes de que el siglo XX llegara a su ocaso, aunque la versión actual incluye 13 poemas más. David González recuerda en el prólogo cómo en aquel entonces, antes de que se publicara el libro, le impresionaron los últimos versos de un poema de Vicente titulado ‘Tedio’: De regreso a mi cuarto pienso / que lo peor de crecer / es no poder contar más años / con los dedos… Y que fue entonces cuando decidió publicar el libro en la colección Zigurat, que el propio González dirigía entonces en Asturias.

“Es un poemario que no dudaría en calificar de visionario ya que los temas que trata —la crisis que nos asola sin ir más lejos— siguen vigentes a fecha de hoy, en el momento de escribir estas líneas, quizá incluso más vigentes que cuando fueron escritos, cualidad que solo poseen los grandes libros”, añade González.

Al hablar de Vicente Muñoz Álvarez cabe, también, citar aquí sus Últimos frutos del huerto, la última entrada que el poeta leonés ha publicado en su blog Mi vida en la penumbra, ilustrada con un extraño tomate multiforme salido de su huerta y de la cámara de Julia D. Velázquez:

recolecto estos días, antes de salir de casa a intentar vender zapatos, los últimos frutos del huerto, pimientos, calabazas y bizarros tomates que maduran apresuradamente bajo la llovizna otoñal y adquieren fantásticas formas, como pequeños homúnculos (o metáforas de la desintegración del régimen), mientras compruebo en la calle la gravedad de la crisis y la desconfianza de mis clientes, que intentan sobrevivir al naufragio reduciendo drásticamente las compras… examinan los muestrarios con lupa, se quejan del sistema y las ventas, me cuentan sus penas, me contagian sus miedos, rememoran los buenos tiempos, se excusan de retrasarse en los pagos, anulan pedidos y amenazan con cerrar… todo ello con el telón de fondo de manifestaciones, batallas campales, desastres bursátiles, despidos masivos y gritos de rebelión…

siempre adelante
me digo

ya volverá
la poesía

ya llegará
la ensoñación

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Pero, además de cultivar su huerto y salir a ganarse la vida como vendedor de zapatos, Vicente Muñoz no deja de trabajar en otras muchas cosas, en otros campos, como el de la literatura, que también dan sus buenos frutos. Así, este mismo mes de octubre, saldrá en la editorial Baile del sol su nuevo poemario, en el que ha estado trabajando estos últimos años: Animales Perdidos, con un prólogo de José Ángel Barrueco. En 2013 está prevista la publicación de una antología homenaje a Louis Ferdinand Céline, que el poeta leonés ha coordinado con Julio César Álvarez. Y, también en 2013, un nuevo número de la revista-fanzineVinalia Trippers, de la que Vicente Muñoz es fundador y en la que participa un nutrido grupo de escritores, poetas, dibujantes y artistas amigos. Eso sin olvidar las diversas antologías de prosa y poesía para las que le han pedido textos a este autor, y que saldrán entre este año y el que viene..


ZONA

Qué difícil
entender el mundo
tener la conciencia tranquila
cumplir con todo a tiempo
reciclarse estar al día
no desesperarse acobardarse
deprimirse abandonarse
no enfermar

qué fácil
desfallecer
arrojar la toalla
elegir mal el camino
qué pequeños somos
cuánto nos exigen
qué jodido nos lo ponen
y qué fácil es fallar.

[Uno de los 13 nuevos poemas del libro 'Canciones de la gran deriva', de Vicente Muñoz Álvarez]

sábado, 13 de octubre de 2012

ÚLTIMOS FRUTOS DEL HUERTO


recolecto estos días, antes de salir de casa a intentar vender zapatos, los últimos frutos del huerto, pimientos, calabazas y bizarros tomates que maduran apresuradamente bajo la llovizna otoñal y adquieren fantásticas formas, como pequeños homúnculos (o metáforas de la desintegración del régimen), mientras compruebo en la calle la gravedad de la crisis y la desconfianza de mis clientes, que intentan sobrevivir al naufragio reduciendo drásticamente las compras... examinan los muestrarios con lupa, se quejan del sistema y las ventas, me cuentan sus penas, me contagian sus miedos, rememoran los buenos tiempos, se excusan de retrasarse en los pagos, anulan pedidos y amenazan con cerrar... todo ello con el telón de fondo de manifestaciones, batallas campales, desastres bursátiles, despidos masivos y gritos de rebelión... 

 siempre adelante 
me digo

ya volverá
la poesía

 ya llegará
la ensoñación


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jueves, 11 de octubre de 2012

CANCIONES DE LA GRAN DERIVA: Prólogo de David González.


VICENTE MUÑOZ ÁLVAREZ: 
EL POETA QUE TODAVÍA SIGUE EN PIE 

Hablar hoy en día del poeta y narrador Vicente Muñoz Álvarez es hablar, sin la menor duda, de una figura capital, ya mítica, en la contracultura de las letras españolas: figura que –por si alguien a estas alturas aún no lo sabe- empezó a forjarse allá en la década de los noventa, como editor de Vinalia Trippers, legendario fanzine leonés de grapa y papel en el que nos dimos cita escritores contracorriente cuyas palabras, como bien señaló Salustiano Martín, venían de la calle y surgían de la vida que nos zarandeaba. 

Esos zarandeos de la vida, cuando no golpes directamente, están presentes ya desde un principio en toda la literatura de este escritor que se ha convertido por derecho propio en ejemplo y referencia de las nuevas generaciones de autores contraculturales. Esta circunstancia ha hecho que su obra, personal e intransferible, se haya visto vinculada, en mayor o menor medida, a movimientos tales como el Realismo Sucio, La literatura Beat, La poesía de la conciencia o, más recientemente, la Generación Nocilla o Afterpop. 

A todos estos vínculos a los que hago referencia se les puede seguir la pista en los textos del primer poemario que el genial autor leonés dio a la imprenta: Canciones de la gran deriva: poemario que ahora, trece años después de su primera edición, tiene el acierto de reeditar en versión ampliada (13 poemas más) y revisada la editorial jerezana Origami, editorial, dicho sea de paso, que además de apostar en su catálogo por autores noveles lo hace también por alguna de las firmas que coincidimos en las páginas de Vinalia Trippers, como es el caso de Alfonso Xen Rabanal o el mío mismo. 

Como he dicho, la primera edición de estas Canciones de la gran deriva data del año 1999. En aquella época yo apenas llevaba tres años como director de la colección Zigurat que editaba y edita el Ateneo Obrero de Gijón, y mi amistad, incondicional, con Vicente Muñoz Álvarez y mi admiración hacia su obra –sobre todo la narrativa que era la que mejor conocía- y hacia él como persona honrada y coherente se remontaba al año 95 o 96. Y fue por esos años cuando, cierto día, cayó en mis manos uno de sus poemas –Tedio- y recuerdo lo mucho que me impresionaron los cuatro últimos versos: De regreso a mi cuarto pienso / que lo peor de crecer / es no poder contar más años / con los dedos… En ese mismo instante decidí editarle un libro de poemas en la colección Zigurat y he de decir, y decirlo públicamente, que es uno de los libros de los que más orgulloso me siento. 

En realidad Canciones de la gran deriva, es un poemario que no dudaría en calificar de visionario ya que los temas de que trata –la crisis que nos asola sin ir más lejos- siguen vigentes a fecha de hoy, en el momento de escribir estas líneas, quizá incluso más vigentes que cuando fueron escritos, cualidad que solo poseen los grandes libros, y el hecho, incuestionable, inapelable, de que estos poemas hayan superado la prueba del tiempo dice más, mucho más en su favor y a favor de su autor de lo que yo mismo soy capaz de expresar. Sin embargo, quiero terminar parafraseando dos versos del propio autor, un poeta singular que prefiere morir luchando a vivir siempre perdiendo: 

Escribir libros como este 

es hacer terrorismo de estado. 


David González. 

Septiembre 2012.


lunes, 8 de octubre de 2012

CANCIONES DE LA GRAN DERIVA: Ya a la venta en Origami.


Ya está a la venta Canciones de la gran deriva en la tienda On-line de la Editorial Origami.

La manera más rápida y sencilla de conseguir el poemario, solicitándolo en la siguiente dirección:


Trece años después de su primera edición Editorial Origami reedita una versión ampliada del poemario publicado por el Ateneo Obrero de Gijón en su colección Zigurat.

Canciones de la gran deriva, es un poemario que no dudaría en calificar de visionario ya que los temas de que trata –la crisis que nos asola sin ir más lejos- siguen vigentes a fecha de hoy, en el momento de escribir estas líneas, quizá incluso más vigentes que cuando fueron escritos, cualidad que solo poseen los grandes libros, y el hecho, incuestionable, inapelable, de que estos poemas hayan superado la prueba del tiempo dice más, mucho más en su favor y a favor de su autor de lo que yo mismo soy capaz de expresar.

Del prólogo de David González

domingo, 7 de octubre de 2012

TENEMOS QUE HABLAR DE KEVIN


¿Qué sucede y qué puedes hacer cuando te toca un hijo resentido y ultraviolento y malo? 

Esta pregunta (que no la respuesta) es lo que plantea la polémica película de Lynne Ramsay, Tenemos que habla de Kevin (2011), que todos alguna vez (o varias) deberíamos videar antes de embarcarnos en la aventura, se supone que maravillosa, de la paternidad.

A caballo entre el drama psicológico y el thriller de horror, Tenemos que hablar de Kevin (basada en una novela de Lionel Shriver) sigue la estela de las películas clásicas de niños malvados, El otro, La mala semilla, La profecía, Suspense, Quién puede matar a un niño, aunque aporta algunos elementos originales que la aproximan al cine de autor: complejidad narrativa, estructura no lineal, fotografía impresionista y denuncia social.

Tilda Swinton (la madre) y Ezra Miller (el hijo) se enfrentan en un duelo interpretativo de los que hacen época, sacando a relucir sus más deplorables complejos y logrando que el espectador se involucre de lleno en sus emociones y reflexione sobre el por qué de sus actos.

Sórdida, visceral y tremenda, aunque bella en su atrocidad y absolutamente moderna.

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viernes, 5 de octubre de 2012

LOUIS FERDINAND CÉLINE: El rancio aroma de la burguesía.


A finales de la década de los cincuenta, William Burroughs, Allen Ginsberg y algunos otros poetas beat viajaron de Norteamérica a París para conocer personalmente a Céline, un escritor que les había deslumbrado y al que consideraban una especie de ángel apocalíptico y revelador. Lo que encontraron al llegar a Francia fue a un viejo arrogante, rodeado de perros y embutido en abrigos y bufandas, que afirmaba ser el mejor escritor de su generación y que les trató como a simples vendedores de hamburguesas. Según cuentan, al despedirse de él, decepcionados, le preguntaron por cortesía si le gustaban especialmente los perros, a lo que contestó: “Nada, no me gustan nada, los tengo sólo por el ruido...”

Esta anécdota, aparentemente absurda, puede en cambio ilustrar muy acertadamente la compleja realidad que fue Céline, uno de los narradores más grandes e incomprendidos del pasado siglo.

Louis Ferdinand Destouches (más tarde Céline) nació en Courbevoie, cerca de París, el 27 de mayo de 1894, en el ocaso de una era caracterizada, sobre todo en Francia, por el desencanto. El ideal frustrado de los revolucionarios, la inestabilidad política y el progresivo declive de la burguesía, hicieron de la segunda mitad del siglo XIX algo así como un baile de máscaras, un desenlace grotesco para todo un universo de utopías. Circunstancia que no pasó desapercibida para los grandes escritores de aquel tiempo (Baudelaire, Rimbaud, Lautreamont, Wilde, Huysmans), que reflejaron en sus obras la decadencia social que les tocó en suerte vivir.

La vida entera de Céline viene, pues, mediatizada por el desengaño de toda una generación: la farsa simulada de la guerra, el rancio aroma de la burguesía y el fin de la era colonial. Y sus novelas no van a ser sino la interpretación trágica y grotesca de su propio desencanto.

En 1932, tras viajar a África y ser herido y desmovilizado en la Primera Guerra Mundial, publica Viaje al fin de la noche, una de las novelas más impactantes del siglo XX, que cimenta las bases de su peculiar estilo y genera reacciones opuestas en la crítica.

Céline dibuja a Bardamu, protagonista del Viaje, como un juguete en manos de un destino absurdo que condiciona en gran parte sus acciones. Y ante premisa de esta índole, la única postura razonable es la resignación. Esperar estoicamente que la vida nos pudra y nos reviente, que nos pierda y finalmente nos arroje al fondo de la noche, ese rincón de penumbra donde terminan todos los caminos…

Lo que Céline describe en la novela es un mundo visto a través de un cristal borroso y empañado, un mundo caótico y regido por hilos siempre inciertos. Por eso sus personajes parecen faltos de identidad, son blancos humanos sobre los que se ceba la desgracia, seres mediocres y vencidos que se dejan llevar por la corriente. Aunque lejos de ahondar en derrotismos, Céline se recrea en la ironía y el sarcasmo que afila sus palabras, en la farsa existencial que anima sus acciones. Todo lo cual confiere al Viaje ese extraño tono de tragicomedia cotidiana que va a caracterizar en lo sucesivo sus novelas.

Cuatro años después, cuando los críticos aún debatían el alcance revolucionario de esta obra, Céline publica Muerte a crédito, una visión delirante y fantasmagórica de la sociedad francesa de principios del siglo XX, que supone la consagración definitiva de su estilo. En este libro describe los años de su infancia y adolescencia, sus temores y dramas y la ambigua escala de valores que caracteriza ese primer aprendizaje. Para lo cual adopta un lenguaje impresionista y sincopado, hipnótico, visual, balbuceante, cargado de exclamaciones y puntos suspensivos, que atrapa al lector por encima del propio contenido que transmite. Lo que él mismo llamó “lengua hablada emotiva”, una especie de poesía escatológica que distorsionaba hasta lo grotesco la tragedia del absurdo humano.

Todo en Muerte a crédito es oscuro y sórdido, como lo era también en el Viaje: los trabajos del Ferdinand adolescente, su despertar al sexo o la frustración existencial de sus mayores. Pero ese ojo de pez desde donde el narrador parece observar lo que describe, transforma el verdadero drama del relato en un número circense, una fanfarria. Y ese es, sin duda, el gran acierto de Céline: la alquimia que ejerce sobre las palabras desplazándolas de su contexto, estirándolas, retorciéndolas, atribuyéndoles valores nuevos.

Pese a ello, Muerte a crédito no fue bien recibida. Los críticos no supieron asimilar su innovadora técnica y se limitaron a compararla con el Viaje, cuando en realidad Céline había dado otra vuelta más de tuerca a su lenguaje.

En cualquier caso, el fracaso de esta obra le lleva a cambiar radicalmente de orientación, publicando en lo sucesivo una serie de panfletos de corte antisemita (Mea culpa, Bagatelas por una masacre, La escuela de los cadáveres) que denuncian el peligro de la conspiración judía y su imparable carrera hacia el poder.

Y así comienza el principio del fin. Automáticamente se le califica de escritor fascista. Y se le mira con recelo. Y estalla la Guerra. Y colabora con los nazis. Y huye de Francia. Y se le condena a muerte. Y se le encarcela en Dinamarca. Y se refugia en Meudon. Y todos le tachan en lo sucesivo de traidor…

Sus obras posteriores: Gignol`s Band, Fantasía para otra ocasión, Normance y la llamada Trilogía de las Crónicas, son estrepitosos fracasos comerciales que no logran redimir su imagen pública, pese a ser, sin duda alguna, grandes novelas. En ellas, Céline lleva hasta las últimas consecuencias el estilo iniciado en Muerte a crédito, una especie de dialecto emocional plasmado en cruentas imágenes visuales, destellos, llamaradas, fuegos de artificio.

Fue este idioma lo único de lo que Céline, atrincherado en su odio y su vergüenza, dispuso para defenderse contra el mundo tras su desafortunado error político.

¿Escribió así porque las circunstancias le obligaron a ello o vivió así porque forjó su imagen desde su escritura?

Se le juzgue como se le juzgue por sus actos, cara a literatura lo mismo nos da: lo importante, en cualquier caso, son sus novelas.


Vicente Muñoz Álvarez

miércoles, 3 de octubre de 2012

MI VIDA EN LA PENUMBRA: A la venta en eBook.


Nacimos en el final ourobórico de un fascismo plagado de imágenes sin contenido. Crecimos en una eterna transición donde esas imágenes empezaron a ir muy deprisa. No teníamos a qué aferrarnos. 

Fuimos los hijos sietemesinos de la democracia, lo único que teníamos era nuestra realidad, tuvimos que construir nuestra cultura de retazos, y, en cierto modo, muerto todo conato de revolución gracias a la mercadotecnia capitalista, sólo podíamos intentar describir nuestra realidad para descubrirnos, quizá reivindicarnos, en un sistema que pretendía purgar en nosotros todos sus fracasos…

Los relatos que se incluyen en este volumen corresponden a la época del zine fotocopiado. Y describen ese intento de encontrar un espacio interno y externo, la velocidad de las imágenes, la carretera...

Si estás aquí, ahora, leyendo esto… es que también vives en la penumbra… No te preocupes… aquí no se te va a ocultar nada… pasa… si escuchas un cerrojo a tus espaldas… la descubrirás… y querrás huir…

Bienvenido al camino.


Del prólogo de Alfonso Xen Rabanal.

lunes, 1 de octubre de 2012

OTOÑO


ya es otoño en nuestro jardín interior y todo en él, hortalizas, frutales y flores, está finalizando su ciclo, los amaneceres son más fríos, las noches más largas y cada mañana, después del paseo por el bosque con wendy, observo cómo afecta a las plantas la nueva estación y recolecto los últimos frutos del huerto, tomates, calabazas, pepinillos, pimientos, al tiempo que preparo ya mis bártulos y neuronas para la nueva campaña de calzado, la número 31, si mal no recuerdo, desde que hace 15 años, justo a punto de estallar, abandoné el derecho y las oposiciones y comencé a vender con mi padre zapatos... toca por tanto enfundarse en el traje de hombre cuerdo, dejar de lado por una temporada la ensoñación y enfrentarme a babilonia con el mejor talante posible, a sabiendas de que todo está en el aire, pendiente de un hilo, la crisis, mis clientes desesperanzados y las ventas cada día más complicadas... duplicados, muestrarios, calculadora y samsonite, y miles de kilómetros de ruta a la vista, ciudades, tiendas, pueblos, restaurantes y hoteles baratos, noches de insomnio y sábanas frías... es mi destino: dejar atrás todo lo que me realiza, pareja, casa, perra, lectura y escritura, recorrer el mundo con las maletas de calzado a cuestas y hacer acopio de víveres cara a la siguiente estación.

hello babilonia

goodbye ensoñación

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